Los trabajadores del BCE pierden la confianza en Lagarde y el Consejo de Gobierno

En los últimos meses han surgido rumores sobre el malestar de los trabajadores del Banco Central Europeo (BCE), al no haber sido satisfechas sus demandas de un incremento salarial por encima de las tasas de inflación de los últimos meses. Ahora, la última encuesta llevada a cabo por la Organización de Servicios Públicos Europeos e Internacionales (IPSO, por sus siglas en inglés), el sindicato de trabajadores del BCE, confirma que el malestar es una realidad, y también el incremento de la desconfianza por parte de los equipos del organismo respecto de los líderes del BCE.

IPSO es el sindicato mayoritario de trabajadores del BCE, con seis de los nueve asientos en el comité de la institución. Según su última encuesta, a cuyos resultados ha tenido acceso la agencia Reuters, el 40% de los trabajadores de la compañía reconoce tener una confianza "baja" o "nula" en Christine Lagarde y el Consejo del organismo. La encuesta ha tenido respuesta por parte de 1.600 empleados del BCE.

Los resultados de la encuesta han sido valorados muy negativamente por parte del sindicato, según declaraciones a la agencia Reuters. "Esta es una preocupación seria para nuestra institución, ya que nadie puede liderar una organización sin tener la confianza de sus empleados", explica el sindicato.

Descontentos con la subida salarial

Buena parte de la desconfianza que ahora tienen los trabajadores del banco central parece que tiene que ver con la negativa por parte del organismo de incrementar los salarios como demandaban los trabajadores, que pedían aumentos por encima de las tasas de inflación del año pasado, algo que no se ha cumplido. En la última encuesta este malestar ha quedado reflejado, con el 63% de los participantes reconociendo estar preocupados por la capacidad del BCE de proteger su poder adquisitivo.

"El 63% de los participantes está preocupado por la capacidad del BCE de proteger su poder adquisitivo"

Hay que recordar que Lagarde y el Consejo de Gobierno actual del organismo han recibido criticas durante los últimos años por haber sido incapaces de anticipar el incremento de la inflación que se ha producido. Durante meses, los líderes del BCE se enrocaron en la idea de que el repunte de los precios era "transitorio", algo que ha quedado patente como un error.

A día de hoy ya han asumido la necesidad de sacar todas las armas disponibles contra el aumento de la inflación, y aunque esta está remitiendo, aún está por ver que sean capaces de alcanzar el objetivo de inflación del entorno del 2% que tiene el organismo.