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¿Qué le espera a las criptomonedas en 2022? Los expertos apuestan más por las 'DeFi' que por el bitcoin

  • Las miradas están puestas en los reguladores financieros del mundo
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elEconomista.es

En medio del "rally de todo" que ha impulsado a las bolsas y a todo tipo de activos, las criptomonedas han tenido un año positivo, con alzas en el precio de su principal estandarte, el bitcoin, la salida a bolsa de la primera casa de cambios de 'cripto', Coinbase, y la aparición de un nuevo ecosistema de inversión, las llamadas "finanzas descentralizadas" o DeFi. Pero, ¿qué les esperará en 2022? Esto es lo que opinan los analistas.

La oportunidad de las DeFi

Uno de los grandes cambios por el que apuestan los expertos es la pérdida de relevancia del bitcoin en favor de otras criptomonedas más pequeñas que permiten hacer algo que el bitcoin todavía no ha sido capaz de dominar: los contratos inteligentes y los fondos de inversión 100% criptográficos sin intermediarios, es decir, las DeFi.

Para Carol Alexander, profesora de finanzas en la Universidad de Sussex, el futuro está en monedas más pequeñas y con mayor potencial para estas operaciones, como ethereum, solana, polkadot y cardano. "A medida que los inversores minoristas comiencen a darse cuenta de los peligros del comercio de bitcoins, especialmente en 'criptobancos' no regulados, se irán a otras monedas que cumplen un papel esencial y fundamental en las finanzas descentralizadas", dijo Alexander en declaraciones a la cadena CNBC. "A finales de 2022, predigo que la capitalización de mercado de bitcoin será la mitad de la de estas otras monedas", agregó, "o incluso menos".

El dinero total depositado en los servicios de DeFi superó los 200.000 millones de dólares por este año, y los expertos proyectan que la demanda crecerá aún más en 2022. Las DeFi son parte de una tendencia tecnológica conocida como Web3. El movimiento Web3 quiere desarrollar un internet descentralizado y libre que incluya diversos tipos de criptomonedas, como los tokens no fungibles. Sin embargo, ya ha encontrado escépticos como Elon Musk y Jack Dorsey.

La caída del bitcoin

La subida del resto de monedas del ecosistema, sin embargo, se verá reflejada en caídas en el bitcoin, según prevén los expertos. "Si yo fuera un inversor, pensaría en salir pronto del bitcoin porque su precio probablemente se derrumbará a unos 10.000 dólares el próximo año", dijo Alexander. Su razonamiento es que "no tiene un valor fundamental" y sirve más como un "juguete" que como una inversión, mientras que otras monedas contra las que compite sí tienen este tipo de utilidad.

"Sin lugar a dudas, el gráfico de precios de bitcoin se parece mucho al de otras burbujas históricas y tiene una narrativa de 'esta vez es diferente', al igual que otras burbujas pasadas", dijo Todd Lowenstein, estratega jefe de acciones de la rama de banca privada de Union Bank.

A eso se suma el riesgo de que el fin de los estímulos y las subidas de tipos para contener la inflación reduzcan la liquidez disponible de muchos inversores y hagan que el bitcoin deje de ser tan atractivo como valor refugio. "El momento Goldilocks está terminando y la marea de liquidez está retrocediendo, lo que golpeará de manera desproporcionada a las clases de activos sobrevaloradas y las áreas especulativas del mercado, incluidas las criptomonedas", dijo Lowestein.

Y más regulación

Pero si hay algo que parece muy claro es que los bancos centrales y los reguladores financieros van a lanzar un zarpazo regulatorio. Para Vijay Ayyar, vicepresidente de desarrollo corporativo y expansión global en la casa de cambios de 'cripto' Luno, "2022 será un gran año en el frente regulatorio, sin duda. El interés de varios gobiernos, y especialmente de EEUU, por regular este mercado nunca ha sido mayor". Entre otras cosas, espera ver una aclaración sobre el "territorio gris" en el que se mueven las criptomonedas, y una respuesta a la pregunta del millón: ¿son dinero, valores o activos?

A eso se suma un elemento cada vez más visible en el mercado: el de las 'stablecoins', monedas cuyo valor está atado, sobre el papel, al de divisas reales, principalmente el dólar, y que en la práctica actúan como fondos monetarios sin regular ni garantizar. "Sin duda, se está realizando un mayor escrutinio en torno a las 'stablecoins' a medida que los reguladores estudian la solidez de las garantías subyacentes que dicen tener y la cantidad de apalancamiento desplegado", dijo Lowenstein. "La gente recuerda demasiado bien cuando las garantías que hincharon las crisis inmobiliaria e hipotecaria dejaron de tener valor y el apetito por el riesgo se revalorizó agresivamente".

Mientras tanto, los reguladores también han comenzado a escudriñar el espacio de las DeFi. A principios de este mes, el Banco de Pagos Internacionales, que reúne a los bancos centrales del mundo, pidió la regulación de este entorno, diciendo que le preocupa que estos servicios se comercialicen como "descentralizados" cuando es posible que no lo sean.