Bolsa, mercados y cotizaciones
Siga la pista del aluminio para saber los límites de la inflación
- El IPC toca máximos de diez años en Europa y de trece años en Asia
- Los expertos hablan de escasez del metal y de fuerte subida de precios
- Hoy productores de bebidas en EEUU tienen que importar latas
elEconomista.es
El aluminio es uno de los metales más versátiles y utilizado en muchos sectores. Su evolución puede anticipar el comportamiento de la inflación a medio y largo plazo. Y hay malas noticias: para los próximos años se espera un déficit en el mercado que mantendrá elevado el precio. Hoy en Londres marca máximos de diez años y de trece años en Shanghai.
Durante muchos años, China como principal productor de metales industriales ha mantenido el precio artificialmente bajo con un exceso de oferta. La pandemia y la lucha para reducir los gases nocivos en la atmósfera ha provocado la entrada en una nueva era para el aluminio. Es quizá el metal más extendido en la vida actual. Su uso es intensivo en envases, en la industria con componentes en productos de bienes intermedios, en la construcción y en productos tecnológicos.
Hoy por hoy si hay que seguir la pista de la inflación, que está sacudiendo a las principales economías, no hay que quitar ojo al comportamiento del aluminio. Aunque muchas materias primas y metales han dado un respiro en las últimas semanas no es el caso del aluminio.
El metal a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres ha tocado los 2.726,50 dólares al subir casi un 3%, su nivel más alto desde mayo de 2011. El contrato de aluminio de octubre más negociado en la Bolsa de Futuros de Shanghai cerró con un alza del 1,2% a 21.390 yuanes (3.311,09 dólares) la tonelada, situándose cerca de su nivel más alto desde agosto de 2008.
Los expertos apuestan por una nueva era del aluminio, donde predominarán la escasez del producto, como se ha pronosticado para el cobre. Pero mientras la fuerte demanda de cobre viene principalmente del sector del automóvil, en el aluminio está más diversificada.
A corto plazo, el repunte de la economía mundial después de la pandemia y la demanda del sector manufacturero y de la construcción han terminado con el stock que tenía el mercado. El sector se ha caracterizado por una abundante producción capaz de absorber los repuntes de demanda. Pero Trafigura Group, el gigante suizo de comercio de metales industriales denunció que la economía se enfrenta a una profunda escasez de oferta, con epicentro en 2024.
"El aluminio necesita un gran consumo de electricidad para su fabricación"
Los precios ya han comenzado a descontar algo esta situación pero hasta 2024 queda mucho para apostar por una predicción tan certera. Pero detrás del pronóstico de Trafigura están las certezas de que el aluminio será uno de los grandes vencedores de la economía verde y que China, que representa más de la producción mundial de aluminio, está restringiendo la oferta para reducir sus emisiones contaminantes y cumplir con los objetivos de emisiones.
"El aluminio tiene una gran huella de carbono al ser un material electrointensivo, es decir, se necesita un gran consumo de electricidad para su producción: unos 15MWh por cada tonelada de metal. A esto se suma que aún se utilizan energías fósiles en el 64% de las fundiciones", explica Michael Widmer, analista de Bank of America. Este escenario significa que el exceso de oferta que ha dominado el mercado durante más de una década está desapareciendo, dejando a los compradores preparándose para una nueva era de escasez y precios más altos, para muchos sectores.
El cambio en el mercado es de 180 grados. "Se necesita un gran cambio de mentalidad; estábamos acostumbrados a comprar aluminio como si estuviéramos en un supermercado", explica Philippe Mueller, director de comercio en Trafigura, a Bloomberg. "Esto ya no va a funcionar así".
Para el aluminio, la clave está en China. El gobierno comenzó a tomar medidas en 2017, limitando la capacidad de fundición a 45 millones de toneladas al año, y sus objetivos posteriores de emisiones de carbono han frustrado cualquier expectativa de aumento de producción. "El Gobierno se ha puesto serio esta vez", explica Alison Li, codirectora de investigación de metales básicos en Mysteel.
Goldman pronostica que la tonelada alcanzará los 3.000 dólares
La producción real alcanzará alrededor de 40 millones de toneladas en China este año, por lo que por ahora los productores todavía tienen espacio para impulsar la producción, según Goldman Sachs. Pero es probable que la industria alcance el techo en 2024 y, a partir de entonces, el mercado chino entrará en déficit. Para el banco de inversión esta circunstancia provocará más subidas. A final del próximo año, la tonelada de aluminio podría estar en 3.000 dólares, lo que sería nuevo récord para el metal. De momento, en lo que va de año sube casi un 30%.
Trafigura estima que el aluminio debería alcanzar 3.500 dólares en el próximo año para movilizar inversiones que evite el déficit para los siguientes ejercicios. Los productores de fuera de China ayudaría a equilibrar el mercado con aumentos de producción, pero los precios deberán aumentar sustancialmente para que la inversión valga la pena.
Los cuellos de botella logísticos, los mayores costos de transporte, así como los impuestos medioambientales y aranceles también están en juego en este momento, causando estragos en el mercado. United Co. Rusal International PJSC , el mayor productor de aluminio fuera de China, está estudiando frenar los pedidos fuera del país debido a un nuevo impuesto ruso a las exportaciones.
El presente no es menos placido para las fábricas o empresas que necesitan aluminio. "Definitivamente hay escasez porque están operando estas plantas a toda máquina y no hay capacidad de reserva", indica Greg Wittbecker, analista de CRU Group. El experto dice que hay complicaciones para distribuidoras de bebidas encontrar latas. "En EEUU se están importando de Brasil, Arabia Saudí y, de vez en cuando, desde Asia, y eso es tremendamente caro porque se envía por aire".
Rob Van Gils, director ejecutivo de Hammerer Aluminium Industries, con sede en Austria, no ve ninguna tregua para el aluminio, ya que los clientes adquieren sus productos especializados incluso con precios casi récord. Como muchos en la industria, Van Gils se vio obligado a hacer grandes recortes en el número de empleados y la producción cuando golpeó la pandemia, pero las plantas ahora están de vuelta a plena capacidad y los pedidos nunca habían sido tan fuertes. "Toda la cadena de suministro está muy estresada, de principio a fin", señala Van Gils.