Bolsa, mercados y cotizaciones

Alerta en Wall Street: el S&P 500 no sube cuando supera 20 veces de PER

  • La ecuación rentabilidad/riesgo limita las ganancias al 3%, mientras la caída es del 7%
  • La sobrecompra coincide con la desaceleración de la recuperación económica tras la pandemia

Daniel Yebra

Se acumulan las razones para sentir vértigo en las bolsas pese a la exhibición de prudencia con la que Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed), consiguió mantener los nervios templados del mercado en la reunión de banqueros centrales en Jackson Hole, incidiendo en una cauta y gradual retirada de estímulos (tapering) que garantiza que se evitará cualquier conato de falta de liquidez o que se impedirá que un endurecimiento de las condiciones de financiación ahogue la recuperación económica, como también viene defendiendo el Banco Central Europeo (BCE) en esta etapa de reconstrucción tras la pandemia.

Los índices de Wall Street cotizan en máximos históricos, y en concreto el S&P 500 lo hace a un PER (veces que los beneficios de las empresas están recogidos en los precios de las acciones) por encima de las 22 veces si se toma como referencia la estimación de ganancias conjunta para 2021 y por encima de 20 veces si se asume la de 2022. La amenaza está en que desde 1940, el rendimiento medio del S&P 500 en el año siguiente a haber superado un PER de 20 veces es ligeramente negativo, según calcula Citi (ver gráfico).

Esta estadística apoya otras advertencias de sobrecompra, y el escenario técnico de una próxima corrección para aliviarla que se defiende en Ecotrader: a las bolsas les podría quedar un "último latigazo alcista", como lo describe Carlos Almarza, asesor del portal de estrategias de inversión de elEconomista, pero la ecuación rentabilidad/riesgo actual que presentan los índices es muy poco atractiva, con un recorrido limitado a apenas un 3% tanto para el S&P 500 o el tecnológico Nasdaq como para el EuroStoxx 50 .

Mientras, el riesgo de caída de estas referencias es de hasta un 7%, con primeros soportes en los mínimos de julio, como son los 14.450 puntos del Nasdaq 100, los 4.235 del S&P 500 o los 4.030 enteros del EuroStoxx 50, donde Carlos Almarza considera que "muy probablemente aparecerá interés comprador y desde donde en Ecotrader ya empezaríamos a plantearnos tomar nuevas posiciones".

"Mientras no se produzca una mayor aproximación a los mínimos de julio que nos ofrezca una ecuación rentabilidad/riesgo más atractiva, operativamente, no nos moveríamos en demasía", continúa el experto en análisis técnico. "Nuestra recomendación es esperar pacientemente, máxime cuando el recorrido en Wall Street ya podría estar muy limitado a corto plazo", concluye.

Citi utiliza otra métrica desde el punto de vista fundamental para advertir del riesgo de corrección en Wall Street. Según el PER al que cotiza el S&P 500 tras escalar cerca de un 100% desde el suelo de marzo de 2020, despuésdel Covid-crash, el sentimiento que atribuye la firma de inversión es de euforia, bajo el que en un 75% de las ocasiones el índice cae en el año siguiente, y lo hace un 8,7% de media.

La sobrecompra coincide con una desaceleración de la recuperación que recogen indicadores adelantados como los PMI de China, de Estados Unidos y en menor medida de la eurozona, que arrastra un ciclo más retrasado, y también los índices de sorpresas económicas, que recogen que en los últimos días más datos han defraudado las expectativas que los que las han cumplido o mejorado en los principales polos económicos del mundo, sucediendo en China desde hace meses.

"La pregunta clave es qué parte de la desaceleración es temporal y cuánto se debe a la inevitable normalización de las tasas de crecimiento a medida que se desvanece el impulso de la reapertura", advierte el equipo de analistas de BofA. En el frenazo también tiene que ver la incidencia de la variante Delta del Covid a nivel local y mundial, las tensiones geopolíticas ante la complicada situación que atraviesa Afganistán y a la escasez de bienes intermedios, a los problemas de suministros y a la crisis de los semiconductores, que está afectando a industrias importantes como la automovilística.

"En el entorno actual, donde cada vez hay más motivos para la incertidumbre, como la pérdida de impulso económico debido a la nueva ola mundial de contagios por la variante Delta del coronavirus, los beneficios empresariales han sido hasta ahora un pedazo de tierra firme en medio de la tempestad", observa Stefan Rondorf, estratega de Allianz Global Investors.