Bolsa, mercados y cotizaciones
La glaciación que viene en renta fija (V)
Joaquín Gómez
Ya comenté que mi receta para que un inversor conservador no pierda la carrera frente al incremento de la inflación es apalancar una quinta parte del ahorro disponible en renta variable durante una década, en una cesta de fondos de inversión de calidad diversificada. ¿Pero cuál es momento idóneo para hacerlo? La respuesta es sencilla y el termómetro reconocible. Cada vez que los medios de comunicación hablamos de desplome bursátil y el miedo se instala en mercado es un buen momento para entrar en bolsa.
El análisis técnico ayuda a encontrar soportes de compra y ruptura de resistencias que identifican cuando entrar, pero hay elementos fundamentales mucho más comprensibles para que un inversor se acerque a los mercados. Para mí hay dos partes. La táctica, que es lo que se aprende rápido, que es saber qué hacer cuando hay algo que hacer. Y la estrategia, que es lo que cada inversor particulariza, que consiste en hacer cosas cuando no está tan claro qué hacer.
La táctica es algo muy parecido a lo que hace un agricultor, que sabe las fechas para sembrar y cosechar, pero que, en función de la climatología y su propio criterio, decide coger a veces los tomates verdes o apurar hasta el punto óptimo de maduración.
En cuanto a la estrategia cada uno puede particularizar formulaciones de mayor a menor complicación que responden a cosas esencialmente fáciles de entender. Voy a tratar de explicarlo con un ejemplo. El Ibex 35, acercándose a los 9.000 puntos, cotiza a un multiplicador de beneficios de 16,5 veces. Esto significa que para recuperar un euro invertido en sus compañías se necesitan 16,5 años para reconstruirlo por las ganancias de sus compañías, lo que viene a ser una rentabilidad anual del 6%.
Si pensamos que el Ibex 35 de aquí al verano que viene se debe ir a los 9.540 puntos quiere decir que todo lo que compremos por debajo de los 9.000 puntos ahora; 9.135, antes de noviembre; 9.270, antes de febrero; 9.405, antes mayo, será hacerlo por debajo de la valoración potencial del índice. De igual forma que si se producen momentos de mercado que adelantan el objetivo pretendido son una invitación a hacer algo de liquidez para aprovechar las caídas.
La táctica aconseja periodificar las aportaciones que vayamos a hacer y la estrategia es la que condiciona una mayor o menor exposición sobre el riesgo que queremos tener al mercado. Si hemos recomendando a un inversor conservador destinar un 20% de su cartera a bolsa para preservar su patrimonio, entre el 80-90% de esta cantidad debería tener un posicionamiento táctico para dejar a los vaivenes del mercado los puntos adicionales que genera una caída. Si se tiene liquidez, aunque casi nadie lo piensa cuando ocurre, toda corrección de mercado debería provocarnos una sonrisa por la oportunidad que ofrece de comprar a mejores precios.