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La Fed recorta tipos en 25 puntos básicos y no cierra del todo la puerta a una rebaja más este año
- La Fed elevó su previsión de crecimiento para este año al 2,2%
José Luis de Haro
Nueva York,
El Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC, por sus siglas en inglés) cumple con las expectativas y rebaja el precio del dinero en 25 puntos básicos llevando las tasas federales hasta un rango del 1,75% y el 2%. El segundo recorte de tipos en las últimas seis semanas llega avalado por los riesgos que acechan a la mayor expansión económica de la historia en Estados Unidos, que incluyen desde las tensiones comerciales con China, la inversión de la curva de rendimientos, un posible Brexit sin acuerdo o más recientemente las tensiones geopolíticas en Oriente Medio.
"A la luz de las implicaciones de los desarrollos mundiales en el panorama económico, así como las tenues presiones inflacionarias, el Comité decidió reducir el rango objetivo de la tasa de fondos federales hasta el 1,75% y el 2%", reza el comunicado.
Sin embargo, como ya ocurrió el pasado 31 de julio, cuando la Reserva Federal implementó su primera reducción en los tipos desde diciembre de 2008, la decisión ha vuelto a contar con la disidencia de dos miembros con derecho a voto dentro del Comité encargado de dictar el rumbo de la política monetaria a este lado del Atlántico.
La presidenta de la Fed de Kansas City, Esther George, y su homólogo en la Fed de Boston, Eric Rosengren, votaron en contra de esta decisión que sí apoyaron siete altos funcionarios del FOMC. Por su parte, James Bullard, presidente de la Fed de San Luís, se opuso a recorte de 25 puntos básicos considerando que rebajar los tipos en 50 puntos básicos, hasta el rango del 1,50% y el 1,75% hubiera sido más propicio.
En las última semanas, la coyuntura macroeconómica estadounidense ha vuelto a ofrecer señales que muestran su resistencia frente al debilitamiento que experimentan otros países. De hecho, la inflación subyacente alcanzaba en agosto su mayor nivel desde el fin de la Gran Recesión mientras las ventas minoristas crecieron un 0,4% ese mismo mes tras subir un 0,7% en julio. Por su parte, la producción industrial repuntó un 0,6% el mes pasado.
Es por ello que esta rebaja, como la implementada a finales de julio, todavía se considera un ajuste en la política monetaria y no el inicio de un ciclo monetario acomodaticio que haga pensar que la economía estadounidense se enfrentará a una recesión inminente. La decisión del FOMC llegó acompañada de las nuevas proyecciones económicas y una actualización del diagrama de puntos (dot plot) que telegrafía las expectativas de los altos funcionarios de la Fed en lo que a tipos de interés se refiere.
En la actualización del miércoles, el FOMC rebajó la media de los tipos de interés en 2019 hasta el 1,9%, lo que indica que no se observan más rebajas este año, dado que el rango actual se encuentra ya en el 1,75% y el 2%. Sin embargo, la división es evidente y podríamos ver cambios en los próximos meses. De los 17 miembros que participan en la reunión siete observan los tipos en el 1,625%, cinco en el 1,875% y cinco en el 2,125%.
La Fed elevó su previsión de crecimiento para este año hasta el 2,2%, una décima más de lo previsto en junio. La tasa de paro se mantendrá en el 3,7%, una décima más de lo previsto anteriormente mientras la inflación sobre el consumo personal (tanto de cabecera como subyacente) quedó sin cambios en el 1,5% y el 1,8% respectivamente.
En su edición previa, publicada en junio, el banco central estadounidense observaba un crecimiento del 2,1% para la economía de EEUU este año y del 2% el que viene. La tasa de paro se contemplaba en el 3,6% en 2019 y en el 3,7% en 2020 mientras que la inflación subyacente de gasto personal (PCE) se situó en el 1,8% y el 1,9% respectivamente. Por aquel entonces, de los 17 altos funcionarios que participan en la reunión, no todos ellos con poder de voto, siete ya observaban los tipos en el rango actual del 1,75% y el 2%, es decir, las dos rebajas de tasas implementadas desde entonces si incluimos la de hoy.
La última reunión de la Fed, que recordemos tiene el mandato oficial de buscar el pleno empleo y mantener la inflación en el 2%, llegó marcada por un episodio que recordó brevemente los fantasmas que atormentaron al mercado durante la crisis financiera. La Fed de Nueva York se vio obligada el martes y el miércoles a inyectar liquidez para estabilizar el mercado de dinero.
Esto se produjo después del fuerte incremento en la tasa de recompra (también conocida como repo), es decir, lo que se cobra a los bancos por prestar dinero a corto plazo a cambio de garantías como notas del Tesoro. Esta tasa llegó a subir el martes hasta el 10%. Normalmente esta tasa suele estar en línea con los tipos de interés federales, cuyo rango más alto ascendía al 2,25% antes del recorte del miércoles.
Esta situación estuvo provocada fundamentalmente por una fuerte emisión de deuda del Tesoro, que agotó la liquidez, al mismo tiempo que muchas empresas requirieron efectivo a los bancos para el pago de impuestos trimestrales.
El evento puso de manifiesto, según algunas mesas de inversión, la necesidad de la Fed de volver a dejar crecer su balance y tener un mayor control sobre las tasas. Entre las opciones viables, el banco central de EEUU podría comprar pequeñas cantidades de bonos del Tesoro cada mes para terminar con la lenta disminución de las reservas.
Los funcionarios de la Fed dieron por terminado el adelgazamiento de su balance el mes pasado, pero no han dicho cuándo permitirán que sus activos crezcan al ritmo de la demanda de sus pasivos. Hasta entonces, la cantidad de dinero que los bancos mantienen el banco central, lo que se conocer como las reservas, continuará disminuyendo.
El martes la Fed ofreció un máximo de 75.000 millones de dólares en liquidez pero los bancos acabaron requiriendo 53.000 millones de dólares. Dicho esto, el miércoles la demanda fue de 80.050 millones de dólares, 5.000 millones de dólares por encima de la cantidad límite ofertada por el banco central.