Bolsa, mercados y cotizaciones

La emisión de deuda corporativa con grado de inversión, en niveles récord

  • Alcanza los 226.000 millones, un 35% más que en 2018
  • Los grandes emisores españoles no aprovechan la oportunidad
La rentabilidad que ofrece la deuda cada vez es más baja

Carlos Jaramillo

Cuando arrancó el año 2019 nadie o casi nadie esperaba un rally como el que se ha vivido en el mercado de renta fija. El rendimiento de los bonos soberanos y de la deuda corporativa con grado de inversión en euros se ha comprimido hasta mínimos históricos y las empresas han aprovechado esta circunstancia para acelerar el ritmo de sus emisiones.

En concreto, según los datos recopilados por Société Générale, en los 8 primeros meses del año se han colocado 226.000 millones en deuda corporativa no financiera con grado de inversión en euros, lo que supone un incremento del 35% con respecto a la cifra del mismo periodo del ejercicio anterior y el registro más alto de la serie histórica. Eso sí, este nivel de actividad no se ha trasladado al high yield, que en 2019 lleva 43.000 millones de euros colocados, por debajo de los 51.000 millones de 2018.

Evolución de las emisiones de deuda corporativa en euros

"La última semana de agosto fue la más activa del año con 16.300 millones de euros emitidos (...) y estas emisiones fueron bien asimiladas, incluso aquellas que tenían rentabilidades negativas, algo que subraya la cantidad de dinero que parece estar listo para ser invertido", apuntan desde el equipo de análisis del banco francés. 

El apetito mostrado por los inversores puede llegar a sorprender a muchos teniendo en cuenta los bajos -o negativos- cupones que ofrece este papel. En concreto, las emisiones con vencimiento entre 1 y 3 años ofrecen un rendimiento del -0,1% de media, entre 3 y 5 años apenas ofrecen un 0,12% e incluso a más de  10 años la rentabilidad es de solo el 0,72%.

A pesar de la escasa rentabilidad, en lo que va de año los inversores minoristas se han refugiado en los fondos de deuda corporativa con investment grade en euros. Según los datos de EPFR recogidos por Bank of America Merrill Lynch, en lo que va de 2019 han entrado más de 80.000 millones de euros en productos de este tipo, el 5,4% de los activos bajo gestión.

"El impresionante rally de los activos de renta fija ha sido en gran parte consecuencia de la búsqueda de rentabilidad. Las entradas récord de dinero en grado de inversión y deuda soberana han subrayado que los inversores sedientos de rendimiento siguen teniendo un posicionamiento defensivo", explican desde la entidad norteamericana.

En lo que va de año, el rendimiento de la deuda corporativa en euros con vencimientos a más de 7 años se ha comprimido en 140 puntos básicos. Mientras, el de los bonos con vencimientos entre 5 y 7 años cae 120 puntos básicos y el de 3 a 5 años en 90 puntos básicos. Finalmente, el papel a 1 y 3 años ha experimentado la menor caída en interés, de 60 puntos básicos.

"Con las rentabilidades en los niveles actuales, el margen de error es mínimo para los tenedores de deuda"

Este buen comportamiento se ha visto apoyado por la perspectiva de que el BCE apruebe un nuevo paquete de estímulos en la reunión de este mes, para la que se prevé una bajada de los tipos de 20 puntos básicos y que reanude el programa de compra de activos. Sin embargo, el riesgo que ven ahora los analistas es que cualquier turbulencia pueda hacer que los inversores huyan de un mercado en el que apenas obtienen rendimiento. 

"Con las rentabilidades en los niveles actuales, el margen de error es mínimo para los tenedores de deuda, particularmente en el caso de los bonos con grado de inversión si el ciclo cambia y las rebajas de calificación y los defaults crecen (...). En un momento dado, los inversores podrían decidir que ya no están dispuestos a tomar más riesgo en forma de una mayor duración o una calificación más baja si la recompensa es una rentabilidad tan reducida", advierten desde el equipo de Commerzbank. 

Falta de emisiones en España

Al contrario de lo que está sucediendo en Europa, los grandes emisores españoles no se están prodigando en el mercado. Mientras a estas alturas del pasado ejercicio las colocaciones rozaban los 10.000 millones de euros, este año se quedan muy por debajo de esta cifra.