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La OPEP invita a Brasil a unirse en mitad de los esfuerzos por mantener el precio del petróleo a flote
- A pesar de la predisposición de Bolsonaro, la incorporación no sería fácil
- El país está en plena expansión de la producción por los yacimientos marinos
- Recientemente han entrado grandes petroleras en el país
elEconomista.es
El secretario general de la OPEP, Mohammad Barkindo, ha tendido la mano para que Brasil se una al cártel, tras las declaraciones del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, en su visita a Arabia Saudí la semana pasada, en las que apuntaba a una posible incorporación al club de países petroleros. La tentativa supondría incorporar a uno de los principales productores del mundo al plan de apuntalar los precios del petróleo.
Lo que parecía unas palabras de cortesía, por parte de Bolsonaro, a la invitación de Arabia Saudí de incorporarse a la OPEP la semana pasada va camino de convertirse en unas negociaciones para que Brasil, el sexto mayor productor de petróleo del mundo, se incorpore al cartel.
El secretario general de la OPEP, Mohammad Barkindo, ha vuelto a insistir en la invitación hoy. La organización añadiría un nuevo aliado para estabilizar los precios del petróleo después de tres años de recorte de la producción. Brasil está fuera del acuerdo OPEP+, al que está adherida Rusia y otros socios fuera de cartel, que se extenderá hasta marzo de 2020 y por el cual hay un compromiso para reducir el bombeo en 1,2 millones de barriles diarios.
Brasil sería el productor más importante en años en unirse a la OPEP, fundada en 1960, y supondría convertirse en el tercer productor más grande de la organización, por detrás de Irak. Bolsonaro indicó que su país podría contribuir a la estabilización de los precios.
Actualmente, el país latinoamericano está acelerando su producción petrolera. En agosto rozó los tres millones de barriles diarios gracias al auge de los campos marinos. Sin embargo, una hipotética incorporación supondría que tendría que adaptar capacidad a la política de recortes de la OPEP. Algo que choca con los últimos pasos que ha dado Brasil para aumentar su producción.
Las compañías petroleras más grandes del mundo, incluidas Exxon Mobil y Shell, acudieron a la subasta del mes pasado para explotar las reservas de los extensos campos marinos de Brasil. El país es una de las pocas áreas en el mundo con grandes cantidades de petróleo sin explotar y de bajo costo para la inversión privada, a diferencia del Medio Oriente que está dominado por entidades nacionalizadas.
Lula da Silva ya quiso integrar a Brasil en la OPEP
El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva también analizó la idea de unirse a la OPEP en 2008. El ministro de Energía de Lula rechazó la oferta diciendo que Brasil tenía otras prioridades y que el país durante años se ha estado moviendo en la dirección opuesta al ceder el control estatal para atraer la libre empresa.
La incorporación a la OPEP implicaría limitar la producción de las petroleras que operan en el país. Petrobrás, la compañía estatal que es la mayor productora del país, ya rechazó, también, la idea en varias ocasiones. Su actual consejero delegado, Roberto Castello, ha informado recientemente que la compañía planea aumentar la producción a corto y medio plazo.
Varios países se han unido o abandonado la OPEP en los últimos años, pero la producción de Brasil eclipsa a la de los miembros más recientes de la organización. Gabón se reincorporó a la OPEP en 2016, mientras que Guinea Ecuatorial y el Congo se inscribieron en 2017 y 2018, respectivamente. Indonesia se retiró en 2016, mientras Qatar lo hizo a principio de año. El próximo país en salir será Ecuador a partir del 1 de enero de 2020.