Me ha tocado la Lotería de Navidad, ¿ahora, qué?
- A los 5 años, el 70% de los ganadores tienen menos dinero que antes del premio
- El premiado debe valorar la fiscalidad antes de tomar decisiones
- La situación financiera y la rentabilidad son clave ante posibles inversiones
elEconomista.es
Estas fechas no son lo mismo sin la Lotería de Navidad, quien más y quien menos lleva algún número y sueña con que le toque algún euro de los 2.380 millones que pone en juego Loterías y Apuestas del Estado en el sorteo extraordinario de la Lotería de Navidad el próximo 22 de diciembre. Cada español gastará 67,56 euros de media en Lotería de Navidad.
El de la Lotería de Navidad es el sorteo con mayor participación del año, el 90% de los ciudadanos participa. Se ponen a la venta 170 millones de décimos. Como cada 22 de diciembre, ese día todos los sueños están puestos en el bombo y los números de la suerte. Y si tocan los 400.0000 euros al décimo del 'Gordo' de Navidad ¿qué puedo hacer con el dinero del premio para maximizarlo? ¿Qué errores debo evitar?
La alegría de recibir un dinero inesperado puede volverse un problema en poco tiempo. Según un estudio de la asociación European Financial Planning Association (EFPA) el 70% de los premiados con la Lotería de Navidad tiene mucho menos dinero cinco años después de haber ganado el premio. ¿Por qué? Si con ese dinero pueden vivir más desahogados.
La locura que desata el recibir 400.000 euros nubla el sentido de la responsabilidad y el despilfarro se hace dueño de nuestros actos. Si recibimos a la suerte, es mejor tener la mente fría y no malgastar el premio.
Hacienda siempre gana el 'Gordo'
Antes de lanzarnos a celebrar y que corra el cava, debemos calcular que no vamos a recibir todo el importe del premio. Hacienda siempre se queda un 20% del premio si supera los 10.000 euros. En los Presupuestos Generales del Estado de 2018 se aprobó aumentar el mínimo exento de los premios de la lotería, que hasta ese momento era de 2.500 euros, e ir aumentándolo, hasta los 40.000 euros, forma progresiva.
En 2019, habrá que tributar solo por los premios que a partir de los primeros 20.000 ganados y en 2020, si son más de 40.000 euros. Es decir, los agraciados en el sorteo del Niño tributaran solo a partir de los premios que superen los 20.000 euros. Lo que no varíará es el porcentaje al que hay que tributar, que sigue siendo del 20%. Así, por ejemplo, si este año fuéramos agraciados con el primer premio (400.000 a un décimo), el importe neto que recibiríamos en nuestra cuenta sería de 322.000 euros, al tributar un 20% por 390.000 euros (ya que los primeros 10.000 están exentos de impuestos).
Además, hay otros aspectos que hay que tener en cuenta al pensar en las repercusiones fiscales de la lotería, porque serán un gasto más que hará que la cuantía neta que nos va a quedar se reduzca. Esto ocurre con el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, ya que, si queremos donar parte de nuestro premio a un familiar, debemos tener en cuenta que, si no podemos demostrar que el boleto es compartido, tendremos que tributar en algunas Comunidades Autónomas.
Planifica en que gastar el premio de la lotería
Para evitar el despilfarro del premio, en caso de que nos toque la Lotería de Navidad, lo primero es evitar hacer regalos en caliente, el anuncio de la Lotería de Navidad cada año nos repite que lo importante es compartir pero habría que añadir que sin hacer locuras.
Con las endorfinas por las nubes y el espíritu navideño inflamado no debemos precipitarnos a hacer regalos caros a familia y amigos. Tampoco es conveniente iniciar aventuras e invertir todo lo ganado en un negocio.
Lo primero es respirar y asimilar lo que ha ocurrido. Pasadas algunas semanas, hay expertos que aconsejan tomarse seis meses para asimilar la cantidad de dinero que se tiene, podremos valorar que es lo que realmente queremos y debemos hacer con el dinero conseguido de golpe.
Es importante tener en cuenta que no es necesario ir a cobrar el décimo en ese mismo día, la ley establece tres meses para poder reclamar el importe del premio.
La mayoría de los premiados caen en los errores clásicos de dejar el trabajo, darse el capricho de comprarse un coche mejor, cancelan la hipoteca o incluso dejan de trabajar por impulso. Puede que el coche que adquieran ocasione mayores gastos, que no sea el momento óptimo para pagar la hipoteca y caigan en un sobrecoste por las altas comisiones y se vean sin premio y sin trabajo.
Es necesario valorar las implicaciones fiscales, económicas y laborales antes de precipitarse a tomar decisiones importantes. Aún se está a tiempo de participar, se puede comprar un décimo para el Sorteo Extraordinario de Navidad hasta el día del sorteo a las 9.00 horas, momento en que comienzan a girar los bombos de la ilusión.
Invertir lo ganado en la Lotería
Una vez definidos nuestros objetivos vitales, como siempre, es necesario hacer números para saber que nos va a costar y valorar si merece la pena o simplemente si podemos asumir el gasto y por cuanto tiempo. Analizar también nuestra situación financiera para ver de dónde partimos y si con el dinero extra que hemos ganado nos basta o necesitamos más. En caso de necesitar más dinero, habrá que pensar y valorar opciones de financiación extra, ya sea un socio o un préstamo.
Generalmente, los españoles suelen optar por estrategias económicas conservadoras aunque esta tendencia está cambiando, la mayoría opta por invertir en depósitos poco rentables pero seguros o incluso guardar el dinero inmovilizado en cuentas corrientes, algunos de mentalidad más antigua incluso guardan grandes cantidades de efectivo en casa.
Si se opta por no invertir el dinero, hay que tener en cuenta que podemos perder poder adquisitivo, posiblemente no podremos cubrir la inflación. Es decir, si tenemos 320.000 y no obtenemos ninguna rentabilidad por ellos, pasados 20 años y contando con una inflación media anual del 2% (objetivo que persigue el Banco Central Europeo), nuestro dinero equivaldría a unos 217.994 euros (actuales).
Para tratar de hacer crecer el dinero de nuestro premio, si decidimos ir a los mercados financieros, lo más importante es tener clara la rentabilidad objetivo que necesitamos, y en base a ello determinar el riesgo que queremos y podemos asumir para decidir que producto financiero es el ideal.
Para maximizar el dinero del premio deberíamos buscar una cartera diversificada, tanto por distribución geográfica, como por sectores y tipo de activos. Además, si contamos con un gran horizonte temporal de inversión, podemos asumir más riesgo con nuestras inversiones, lo que hará que nuestro capital final sea mucho mayor. Por ejemplo, si queremos superar a la inflación en 3 puntos (es decir, conseguir una rentabilidad anual media del 5%) deberíamos construir una cartera con el 50% de la inversión en renta variable. Y una opción que nos permite diversificar, que tiene beneficios fiscales y nos permite acceder a una gestión profesional son los fondos de inversión.
'Tapar agujeros': cancelar la hipoteca
Es salir el número del 'gordo' y oír a los premiados asegurar que lo primero que van a hacer es 'tapar agujeros'. Quitar la hipoteca es uno de esos agujeros que con frecuencia lastran la economía antes del premio y buscan la ruina tras la Lotería de Navidad. Antes de llegar al banco con un fajo de billetes para que 'tapar el agujero' hipotecaria debemos estudiar la rentabilidad de la operación. A veces puede ser más conveniente invertir el dinero que gastarlo en amortizar la hipoteca. Además de la rentabilidad que podemos sacar al dinero del premio, es conveniente estudiar la fiscalidad. Si adquirimos la vivienda antes de 2013, tenemos una ventaja fiscal en el IRPF por la que nos deducimos hasta un 15% de una cuota máxima de 9.040 euros, que puede que no nos interese perder.
Por estos motivos, si el 22 de diciembre los niños de San Ildefonso sacan nuestro número del bombo en el Sorteo Extraordinario de Lotería de Navidad lo mejor es mantener la cabeza fría y celebrarlo pero no empezar a gastar ni un euro del premio y mantener la vida normal hasta que podamos poner nuestras finanzas en perspectiva y valorar que movimientos son los más adecuados para nuestro presente y en especial futuro fiscal y financiero.