Internacional
El Congreso republicano de EEUU se aferra a una reforma fiscal 2.0 para salvar las legislativas
José Luis de Haro
Nueva York,
Con las legislativas de noviembre en mente, los legisladores republicanos buscan un as político que les permita mantener su hegemonía en el Capitolio, especialmente en la Cámara de Representantes. Es precisamente por ello que la Casa Blanca y el Comité de Medios y Arbitrios del Congreso, presidida por el republicano, Kevin Brady, trabajan para presentar una extensión del estímulo fiscal aprobado el 22 de diciembre de 2017 y que ha supuesto el principal motor del espectacular aumento en los beneficios de las empresas de EEUU.
"Reducir el impuesto de sociedades del 35% al 21% ha supuesto un boom significativo para las empresas estadounidenses. Y esperamos que los beneficios este año crezcan aproximadamente un 25% en comparación con 2017,... este es un nivel muy alto de rentabilidad", destaca David Kelly, estratega jefe de JPMorgan, quien recalca que este ritmo será difícil de mantener en los próximos años.
Es por ello que los republicanos buscan embolsarse a los ciudadanos y a las empresas el próximo noviembre con lo que muchos definen ya como la reforma fiscal 2.0. Aunque el impuesto de sociedades no se puede rebajar más, recordemos que el presidente de EEUU, Donald Trump, tuvo que dar su brazo a torcer y conformarse con reducirlo hasta el 21% en lugar del 15% inicialmente previsto, todavía existen matices por pulir.
El objetivo central está en hacer permanentes las reducciones del IRPF que expirarán en 2025, algo que podría tener un coste aproximado de entre 600.000 y 700.000 millones de dólares. Brady ha mencionado reiteradamente en las últimas semanas que está considerando incluir incentivos para impulsar la innovación empresarial, ahorrar para la jubilación y fomentar la educación. Otro tema que los legisladores y la Casa Blanca están sopesando es recortar los impuestos a los ingresos y beneficios de capital , ya sea bajando las tasas o indexándolos a la inflación.
Sin embargo, mientras la Cámara de Representantes estaría dispuesta a someter el proyecto de ley a votación en Septiembre, como parte de un paquete que incluye otras dos iniciativas legislativas más (una centrada en incentivos para el ahorro y otra en la promoción de la innovación), los problemas podrían plantearse en la Cámara Alta.
Los republicanos en el Senado tienen una mayoría simple de 51 votos y el proyecto de ley necesitaría al menos 60 votos para eliminar los obstáculos legislativos. El senador republicano, John Thune, indicó esta semana que la propuesta no se someterá a votación en dicha Cámara a menos que haya una seguridad absoluta de que obtendrá los 60 votos necesarios.
Es importante destacar que los recortes al impuesto sobre la renta expierán en 2025 debido al preceso legislativo que tuvieron que tomar los republicanos para aprobar su reforma fiscal sin el apoyo demócrata el año pasado. De esta formas hubo que echar mano de un procedimiento que les permitió evitar la necesidad de tener que contar con el apoyo de 60 votos en el Senado, pero que impuso restricciones a la hora de aumentar el déficit presupuestario más allá de una década.
Si ambas Cámaras no logran pasar el proyecto de ley, la tasa impositiva máxima del IRPF volverá al 39,6% desde el 37%, los créditos fiscales por hijo se infantil se reducirán a los 1.000 dólares desde los 2.000 actuales y la deducción estándar caerá.
Aunque habrá que esperar al hastío veraniego para conocer más detalles, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, ha cancelado el receso de agosto para poder trabajar en este tema mientras el speaker de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, quien abandonará su cargo con el cambio de legislatura, ha dejado claro que le gustaría ver una votación antes del próximo 6 de noviembre, cuando los estadounidenses acudan a las urnas.