Internacional
El aislamiento al chavismo debe ser aún mayor
- La presión internacional podría conseguir el diálogo real en Venezuela
- Maduro mantiene el respaldo de Bolivia, El Salvador y Nicaragua
Marcos Suárez Sipmann
La mayoría de países latinoamericanos no reconoce la ilegal Asamblea Nacional Constituyente venezolana. Tampoco la Unión Europea. Y EEUU ha respondido con sanciones. Sin embargo, Nicolás Maduro mantiene su desafío con el respaldo de Bolivia, El Salvador y Nicaragua.
Cuba persiste en su "inquebrantable solidaridad" con el régimen bolivariano denunciando un complot internacional dirigido por Washington, ya que Caracas es el principal aliado de La Habana. La isla recibe petróleo a precio subsidiado a cambio del envío de médicos y maestros.
A Maduro le quedan escasos apoyos para tratar de romper su aislamiento. Un primer candidato es Rusia, que ya se ha pronunciado pidiendo a la comunidad internacional "moderación" y "abandonar sus planes destructivos" para que los venezolanos puedan superar su crisis "sin interferencias externas".
Un brindis al aire. El Kremlin continuará dándole cobertura política pero la ayuda material será exigua. Caracas quizá pueda aspirar a una reestructuración de su deuda a cambio de un mayor acceso para las empresas rusas. De cualquier forma, y si bien Vladímir Putin no suele "abandonar a los amigos" como sucede con Siria e Irán, tiene pocos incentivos para intervenir en la crisis, ya que Rusia no necesita el petróleo venezolano.
Los gigantes China e India guardan silencio. La cifra que Caracas debe a Pekín es enorme: unos 65.000 millones de dólares (comparada con los 1.000 millones que debe a Moscú). En caso de que EEUU decida prohibir la importación de crudo venezolano, el mercado chino no sería una alternativa al no generar ingresos pues se destinan al pago de la abultada deuda. Preocupada por las dificultades de pago, China ya ha ido disminuyendo el volumen de sus préstamos sin variar su estrategia en lo sustancial. No tiene inquietudes democráticas y en lo político seguirá al margen.
India es el único de los grandes importadores de petróleo venezolano que lo paga en efectivo, además de EEUU. Las exportaciones de crudo a India se han convertido en una de las fundamentales fuentes de divisas del régimen chavista, aunque se han reducido a la mitad debido a la caída de los precios.
Otro sector está pendiente: la industria farmacéutica india, para cuyas compañías Venezuela se ha vuelto un mercado significativo pese a los retrasos en los pagos. Como Pekín, Nueva Delhi se mostrará con discreción y prudencia.
Maduro dirigirá sus esfuerzos diplomáticos a ganar tiempo. Él y su entorno se aferran al poder por temor a las investigaciones sobre violación de derechos humanos, enriquecimiento ilícito, narcotráfico y corrupción generalizada.
Se requiere un mediador influyente. ¿Podría serlo el Papa? Francisco no suele hablar de Venezuela. Ha dado muestras de ser tal vez demasiado tolerante con Maduro. Le recibió en octubre, algo que dio un respiro al debilitado mandatario.
Eso podría facilitar ahora una mediación, y la misma debe condicionarse al cese de la represión y la puesta en libertad de más de 500 presos políticos en Venezuela. Entre ellos, los opositores Leopoldo López y Antonio Ledezma, que han vuelto a ser detenidos. Solo un chavismo aislado se dispondría a negociar. La enérgica presión internacional podría conseguir el diálogo real en Venezuela.