Oaktree revitaliza la Gran Vía de Madrid con sus viviendas de lujo
- Cierra la venta de 49 pisos en el edificio coronado por el Ave Fénix
- El inmueble ha sido reformado con un diseño de Fenwick Iribarren
- Magnum & Partners ha actuado como promotor delegado del proyecto
Alba Brualla, Javier Mesones
El fondo norteamericano Oaktree ha puesto el lazo a su promoción de viviendas de lujo en plena Gran Vía de Madrid. Un proyecto emblemático en el número 68 de esta arteria en el que se han alcanzado precios de 10.000 euros por metro cuadrado. La consultora Magnum & Partners, que ha ejercido como promotora delegada del desarrollo, cerró hace apenas tres semanas la venta de la última de las 49 viviendas exclusivas que conforman el recién rehabilitado edificio y que se entregarán a finales de año.
"Su anterior propietario, en la época del boom, diseñó un proyecto de casas muy pequeñas y de menor calidad. Nosotros reposicionamos la operación y apostamos por un producto más prime y pisos de uno a cuatro dormitorios con superficies de entre 79 y 247 metros cuadrados", explica Óscar Rubio, presidente de la consultora Magnum & Partners.
"La comercialización arrancó en septiembre de 2016 y estamos muy satisfechos con la acogida que ha tenido el producto, que salió al mercado a 6.000 euros por metro cuadrado -sin plaza de garaje- encareciéndose un 10% ante el alto interés", destaca el directivo, que apunta que la vivienda más cara se ha aproximado a los 3 millones de euros.
"Lo que nos ha llamado bastante la atención es que el 87% de los compradores es de nacionalidad española y casi la mitad residen actualmente en Madrid. Muy poco producto se ha comprado por parte de inversores", señala Rubio.
El diseño de este representativo edificio de la Gran Vía, uno de los pocos en Madrid coronados por el Ave Fénix, ha corrido a cargo del estudio de arquitectura Fenwick Iribarren. "Teníamos el encargo de resucitar al Fénix de sus cenizas y lo hemos hecho aplicando ideas modernas de sostenibilidad en un edificio antiguo y protegido para hacer vivienda de calidad, confortable y eficiente", explica Mark Fenwick, socio fundador del despacho, que señala que uno de los principales retos ha sido el desarrollo del parking robotizado de cuatro plantas, "para lo que tuvimos que apear el edificio entero".
Construido entre 1944 y 1947 sobre la última manzana que se edificó en la Gran Vía, el edificio destaca ahora por su nueva terraza panorámica de uso común con piscina, un área de gimnasio bajo la cúpula y una sala gourmet, todo ello con vistas al Palacio Real o la iglesia de San Francisco el Grande.
"Proyectos como éste ayudan a la dinamización de la Gran Vía, un eje que tradicionalmente no era bien visto para viviendas, pero que ahora comienza a coger fuerza como una alternativa dinámica de residencias de gran calidad, para ser una vía habitada y no sólo un destino de ocio y comercial", señala Fenwick.