Infraestructuras y Servicios
Elías y Holzer condicionan el rescate de OHLA a que la banca dé una línea de crédito de 100 millones
- Supeditan la ampliación a que los bancos conviertan la línea de avales sea 'revolving'
- La banca por ahora se niega a aportar más dinero, a extender los avales y a liberar garantías
- Las entidades financieras conceden un pacto de espera hasta el 30 de noviembre
Javier Mesones
OHLA encara días decisivos para despejar su futuro. La constructora continúa negociando a dos bandas con bancos y bonistas para certificar un acuerdo que permita al grupo ejecutar dos ampliaciones de capital por un importe total de 150 millones de euros. El resultado exitoso de estas negociaciones es condición necesaria para que el proceso de recapitalización salga adelante.
Los nuevos inversores que han comprometido 75 millones de euros han condicionado, de hecho, su entrada en el capital de la constructora al cumplimiento de una serie de acuerdos con los bancos para completar la reestructuración y obtener así las capacidades de liquidez suficientes para garantizar el futuro de la compañía. Sus compromisos de inversión estarán vigentes hasta el 31 de enero de 2025 -OHLA celebrará junta extraordinaria para aprobar las ampliaciones el 21 de octubre-.
José Elías, José Eulalio Poza, Inveready y Coenersol (forman el denominado Consorcio de Excelsior), por un lado, e Inmobiliaria Coapa Larca (INV), del empresario mexicano Andrés Holzer, por otro, exigen a la banca una nueva línea de circulante por un importe de 50 millones de euros. Una cantidad que deberá duplicarse, hasta los 100 millones de euros, en caso de que OHLA consiga mejoras del 'rating' por parte de las agencias de calificación tras los aumentos de capital.
Por ahora, ocurre todo lo contrario. Moody's es la única que cubre a la constructora en este momento. En junio rebajó su nota de B3 a Caa1 con perspectiva negativa y este martes mismo la recortó de nuevo hasta Caa2. La compañía explica que se trata de una bajada técnica derivada del aplazamiento del pago del cupón en septiembre, acordado la semana pasada con los bonistas a la espera de concretar la refinanciación.
Los nuevos inversores, que de completarse satisfactoriamente las dos ampliaciones ostentarán alrededor del 25% del capital, igualmente supeditan sus compromisos de inversión a que los bancos (Santander, CaixaBank, Sabadell, Société Générale y Crédit Agricole) prorroguen la línea de avales de 328,9 millones de euros, cuyo vencimiento está fijado para el próximo 30 de septiembre, y que, además, la conviertan en 'revolving'. Si se incluyen avales bilaterales, la suma de los bancos se aproxima a los 500 millones.
La compañía que preside Luis Amodio requiere a las entidades financieras el compromiso vinculante para que, en paralelo a la extensión de los avales, liberen los 140 millones que tiene depositados como garantía de la línea. Una cantidad que entraría en la caja de la empresa para atender la amortización de deudas o financiar su operativa.
Por ahora, los bancos se oponen tanto a dar más financiación como a liberar depósitos. No obstante, este mismo martes mantuvieron una nueva reunión para tratar de avanzar hacia un acuerdo. Las negociaciones discurren contrarreloj, por lo que en paralelo OHLA está buscando soluciones alternativas y ha abierto conversaciones con la entidad pública Cesce para que asegure una nueva línea de avales por al menos 150 millones -la constructora ya tiene una línea con la aseguradora de 34,6 millones-.
Con los recursos obtenidos en la reestructuración, OHLA pagará el crédito puente que los bancos concedieron en 2023 por 40 millones con aval del Instituto de Crédito Oficial (ICO). Este préstamo vence el 19 de noviembre y estaba ligado a la venta de la filial de servicios del grupo, Ingesan, en la que trabaja desde 2023 -rechazó una oferta de Serveo y ha reabierto el proceso-.
La compañía ha obtenido de la banca un pacto de espera hasta el 30 de noviembre, por el que no podrán instar el concurso y mantendrán los avales.
Adicionalmente, OHLA pagará el bono que vence en marzo de 2025, con un saldo vivo en la actualidad -a 30 de junio- de 162,4 millones de euros -174,2 millones sumando intereses-. De igual modo, la compañía negocia con los bonistas para refinanciar la emisión con vencimiento en marzo de 2026 y cuyo saldo asciende a 243,6 millones -261,2 millones con intereses-. El plan es extender el plazo hasta 2030 (cuatro años) y reducir el tipo de interés. Los bonos vigentes, emitidos en 2021 en el marco de la anterior reestructuración, tienen un coste del 10,75% (el 5,1% original más el PIK). El grupo quiere que se sitúe, en total, en el entorno del 8%, mientras que los tenedores piden el 12%.
A los 150 millones de las ampliaciones y los 140 millones liberados por la banca, OHLA añadirá en las próximas semanas casi 50 millones por la venta del 25% de un hospital en Canadá. Para el próximo año, presumiblemente, agregará cantidades relevantes por el traspaso de Ingesan y de su 50% en Centro Canalejas, en Madrid.
En la mesa de discusión entre OHLA y la banca también está la futura gobernanza. Cuando en junio de 2023 cesó José Antonio Fernández Gallar como consejero delegado, Luis y Mauricio Amodio tomaron el mando ejecutivo como presidente y vicepresidente. Nombraron director general al también mexicano Tomás Ruiz, pero sin puesto en el consejo. Ahora, en consenso con Elías y sus socios, los Amodio han trasladado a los bancos que nombrarán consejero delegado a Ruiz, ostentando el poder ejecutivo del grupo. Así, de hecho, se ha incluido en el orden del día de la junta extraordinaria del próximo 21 de octubre. Sin embargo, las entidades financieras no están conformes con este cambio. Exigían no sólo que los Amodio se retiraran de la primera línea ejecutiva, sino que también se nombrara a un consejero delegado ajeno al entorno de los empresarios mexicanos y con una experiencia y conocimiento del sector de la construcción, atributos que consideran que insuficientes en el caso de Ruiz.