Infraestructuras y Servicios
Correos no podrá crear su Caja Postal y lanzará una entidad de pagos digitales
- La nueva fórmula planeada no admite la concesión de hipotecas ni la captación de depósitos
Aitor Caballero Cortés
Correos vuelve a las andadas en el terreno financiero. El presidente de la compañía, Pedro Saura, afirmó el lunes en una entrevista a Expansión el deseo de lanzar su propia banca el año que viene "con los valores de Caja Postal".
Sin embargo, la creación de una sociedad similar a la antigua caja de ahorros no será tal y como expresó Saura, sino que los servicios de la nueva entidad prevista para 2025 tendrá varias limitaciones comparado con las posibilidades de una banca comercial. La idea del directivo era la de ser capaz de emitir dinero electrónico, domiciliar recibos, retiradas de efectivo y remunerar depósitos, entre algunos de los objetivos. Pero no podrá ser un banco al uso que conceda hipotecas ni captar depósitos.
La terminología es clave para conocer qué podrá hacer y qué no Correos con su nueva entidad financiera. Y es que la licencia que la compañía ha solicitado al Banco de España es la de una Entidad de Dinero Electrónico (EDE). Mediante esta fórmula, podrá emitir dinero electrónico y prestar servicios de pago electrónicos y transferencias, sin muchos más permisos. Además, estas sociedades tienen la obligación de proteger los fondos de sus clientes, pero no están cubiertas como los bancos, por el Fondo de Garantía de Depósitos. Es decir, que al final el servicio ofrecido sería como una cuenta de pago básica, con funciones similares.
La finalidad de Saura con la creación de una entidad similar a Caja Postal era abastecer a las más de 2 millones de personas que sufren exclusión financiera por la retirada de los bancos de la España Rural.
La falta de liquidez en dinero físico en los pequeños municipios es un problema por el cual muchas instituciones reclaman una solución. Una de ellas es el Defensor del Pueblo, que lleva años espetando a la banca a atender a este grupo de personas. Pero la rentabilidad de estas sucursales es lo que llevó a las compañías a la huida hacia zonas urbanas. Ahora, Correos, que sufrió unas pérdidas de 125 millones de euros el año pasado, prevé relanzar un servicio que la experiencia privada comprobó que ya era deficitario.
Inviabilidades
Lo cierto es que aportar dinero físico a las personas residentes en los pueblos de toda la geografía española es un rompecabezas. Porque la solución del dinero digital, por el momento, no es algo extendido entre los pequeños municipios.
Los costes que conllevan los TPV y las comisiones que cobran los bancos por las transacciones echa para atrás la inversión de los pequeños comercios en estas ubicaciones, ya que esto supondría una pérdida de rentabilidad o un incremento de precios.
Siendo el datáfono otro problema más que la solución, el servicio pensado por Correos, que pasa por sacar rentabilidad precisamente por las comisiones de los TPV, no se antoja como el impulso a las cuentas de la compañía previsto en el plan estratégico hasta 2028.
Este se centraría en aumentar los ingresos a partir de la mejora de las cuotas de mercado en sus dos grandes negocios: los servicios postales y paquetería. Este último sector prevé ser el actor que revierta la tendencia a la baja de los servicios postales, aunque lo cierto es que su trozo de tarta en el mismo cada vez es más pequeño: ha pasado del 37% al 21% a pesar de que el mercado ha duplicado su volumen.