Gabriela Hinojosa se ha coronado como la flamante ganadora de la última edición de 'MasterChef 12+1' tras vencer frente a Bea. Este lunes, la hija del fundador de Cortefiel vivió una emocionante final en el plató de 'MasterChef 12+1', y logró imponerse a su compañera Bea en un duelo culinario cargado de emoción, técnica y mucha pasión. Su victoria cierra una temporada intensa y significa para la campeona el cumplimiento de un sueño largamente acariciado.
Gabriela participó en el concurso en una etapa muy especial de su vida: embarazada y con su familia lejos. Sin embargo, su estado no fue un obstáculo, sino una fuente de motivación constante. Con su marido Curro y sus dos hijos siempre en el pensamiento, Gabriela superó las primeras semanas de adaptación y poco a poco se convirtió en una de las concursantes más sólidas y regulares de la edición. Gabriela ganó el respeto del jurado, la admiración del público y la inspiración de quienes ven en ella un ejemplo de perseverancia, talento y amor por la cocina. Ahora, con el título en la mano, su próximo paso será dar forma a su proyecto de catering, en el que seguro plasmará la sensibilidad y creatividad que mostró durante toda la edición.

Desde el principio, dejó claro que su meta era formarse profesionalmente para, en un futuro, abrir su propio servicio de catering. Cada plato fue un paso más hacia ese objetivo. A pesar de la dificultad de estar lejos de sus seres queridos, Gabriela nunca perdió el enfoque. Ni siquiera ganar el ansiado pin de inmunidad —que a muchos relaja— la hizo bajar la guardia: supo mantener la tensión, el esfuerzo y la exigencia en cada prueba.
Entre todos los nombres que conforman su casting destacaba desde el principio el de Gabriela Hinojosa Ortega, quien se ganó el interés del público por su destreza entre fogones pero también por su historia personal, entre el lujo, el conflicto y la búsqueda de su identidad propia. Gabriela (31 años) nació en Madrid, pero reside en Valencia junto a sus casi tres hijos (está actualmente embarazada) y su marido. En los últimos años su vida ha dado un cambio radical, ya que renunció al mundo financiero para buscar su propio camino más allá del apellido familiar. Estudió en el colegio Mater Salvatoris, un centro católico y únicamente femenino, dirigido por la Compañía de El Salvador. Tras terminar esta etapa escolar se licenció en Administración y dirección de empresas en CUNEF Universidad.
Hija de Eduardo Hinojosa García-Puente, consejero delegado de la empresa textil de Cortefiel, Gabriela ha trabajado también varias firmas. Del que fue su último trabajo poco más se sabe aparte de lo que explicó en el programa de La 1. Es la undécima de un total de 12 hermanos y, tal como explicó, el dinero ha generado conflictos dentro de su familia: "Desde que se ha ido él, entre herencia y trabajo, se ha convertido todo en algo complicado. Los quería de verdad y me da pena por una herencia. Esto es un regalo, no es un derecho, algo que tenemos que tener en cuenta los hijos". Sin embargo, esta etapa tan dolorosa también le dio pie a cambiar y apostar por su bienestar, el de su familia y su desarrollo profesional. Su participación en el programa ha hecho que todos los ojos se pongan en ella: una mujer en plena reinvención, con mucha disciplina y que está dispuesta a hacerse un hueco en el mundo de la cocina por méritos propios. Y no digamos ahora, que se ha hecho con el trofeo final.
Las mejores recetas de Gabriela
A lo largo de los tres intensos meses de concurso, Gabriela dejó huella con platos que el jurado no dudó en elogiar. Entre sus mejores recetas destacan:
Magret de pato con salsa de chalotas: Plato con el que logró el codiciado delantal blanco, marcando un punto de inflexión en su paso por el programa.
Helado de queso con crumble: Una creación dulce, arriesgada y perfectamente ejecutada que demostró su dominio de la repostería.
Tataki de atún: Uno de los platos más elogiados por su equilibrio de sabores y la precisión en el punto de cocción.

Trece semanas de duro trabajo y una impresionante evolución
Gabriela es la sucesora de Ángela, tras imponerse a Bea en el duelo final con un menú dedicado a su familia. Los jueces catalogaron el último cocinado como "el más reñido de la historia". Pero la final de la 13 edición nos dejó muchos más momentos memorables: la visita de Inés Hernand, el cocinado en el restaurante Disfrutar, el reencuentro de los ex aspirantes y una especial petición de "ex aequo". Te lo contamos todo. La noche comenzó 'siguiendo al chef'. Ana, Bea, Gabriela e Ismael lucharon por la primera chaquetilla de duelista siguiendo el ritmo de Nacho Manzano (Casa Marcial con tres estrellas Michelin). Pero el chef asturiano no les dio tregua. Su receta de trucha, con ravioli de piel de trucha y hueva de la trucha con infusión de río y tosta de semillas dejó a los aspirantes con la boca abierta y les exigió al máximo. Pepe dejó claro que tenían que estar atentos porque "Nacho no esperaría ni repetiría nada". Y así fue. Desde el comienzo de la prueba Ana siempre fue a rebufo, lejos de su versión más focus. Ismael por su parte fue el más regular, ordenado y concentrado. Gabriela cocinó tranquila y sin alterarse lo que le permitió seguir todos los pasos. Bea sobrevivió en su caos particular sin perderse en ningún momentos.
Los cuatro lograron completar las elaboraciones. Tocaba ver quién lo hizo asemejándose más al plato de Nacho Manzano. Ana se quedó fuera de la carrera por la primera chaquetilla aunque los jueces valoraron que pudiera completar todas las elaboraciones, incluso con fallos. Los detalles también fueron determinantes para descartar a Gabriela como candidata a la chaquetilla. Por todo ello, Ismael y Bea quedaron como las dos últimas opciones. Los jueces se inclinaron por Bea: "No hay 100.000 euros que paguen la alegría que lleva ahora en el cuerpo". Y le regaló un último y valiosísimo consejo entre risas: "Elige unos pantalones bonitos, Bea".
Los mejores momentos de Inés Hernand en la final de 'MasterChef 13'
Ismael, Ana y Gabriela todavía tuvieron otra oportunidad. Y fue en un cocinado de ensueño. Mateu Casañas, Oriol Castro y Eduard Xatruch abrieron las puertas de su restaurante 'Disfrutar' en el Eixample de Barcelona para que los tres aspirantes optaran a la última chaquetilla trabajando en un menú con platos de altísima complejidad dedicado a unos exigentes comensales: nueve reconocidísimos chefs españoles que lideran restaurantes con estrella en Cataluña. Con Jordi Cruz, por supuesto, entre ellos. Los tres sacaron su mejor versión a sabiendas de que estaban ante su último tren para acompañar a Bea en el gran duelo final. Pero los jueces no tuvieron dudas y nombraron a Gabriela como segunda duelista: "Te lo has ganado a pulso." Tras ella, Ismael se quedó como tercer clasificado y Ana como cuarta.
Con las chaquetillas enfundadas, Bea y Gabriela llegaron al gran duelo final repasando la dureza del camino. Ambas han luchado como nadie para superar cada reto y reconocen que el esfuerzo ha merecido la pena. Para liberar tensiones antes del último cocinado de MasterChef 13, los jueces reservaron una sorpresa a las duelistas: la visita de Miguel Bosé. El cantante quiso desearles suerte y las obsequió con dos entradas para su próximo concierto en Madrid.
Superadas las presentaciones, llegaba el momento de sacar lo mejor de sí mismas con sus menús. Bea optó por tres platos en homenaje a su familia y a sus orígenes donde resaltara el queso como hilo conductor y presentó flor de calabacín rellena de mousse de queso con verduras al horno; solomillo de ciervo con emulsión de castañas y cremoso de patatas y queso; y helado de queso con gel de cítricos y uvas carbonatadas. Gabriela fusionó pasado, presente y futuro para dedicar, también, sus creaciones a su padre, marido e hijos, con: ensalada de atún con bizcocho de placton y esferas de albahaca; calamar a baja temperatura con panceta y gotas de tempura; y pavlova con espuma de horchata y fresas osmotizadas.
Quique Dacosta y Joan Roca
Plato a plato, las dos duelistas presentaron sus creaciones antes los jueces y los chefs invitados: Quique Dacosta y Joan Roca. Tras dedicar el entrante a su padre, Gabriela se centró en su marido en el principal: "El plato se llama 'La elección más importante de mi vida' y se lo dedico a mi marido Curro", comenzó explicando la duelista con un tono más cariñoso que nunca. "He intentado hacer una versión del bocadillo de calamares, porque cuando me pidió casarme con él enfrente de La Almudena nos fuimos a celebrarlo tomando un bocadillo de calamares. Así que se lo he querido dedicar a él, porque es la persona más importante de mi vida. No sólo es mi marido, también es mi mejor amigo, es la persona que tira de mi y con él he empezado el proyecto más importante de mi vida que es el de crear una familia, y seguimos en ello", afirmó. El emocionante discurso solo se vio interrumpido por un grito de Currito desde la galería: "Eres la número uno, mamá".
Dedicatoria a su madre
Por su parte Bea nos regaló un momento mágico con la dedicatoria a su madre. La duelista transportó a los jueces y a los chefs invitados a uno de los momentos de su infancia con los que más alegría recuerda: "Está inspirado en uno de mis momentos familiares favoritos. Mi madre nos obligaba a mi hermano y a mi a ir con bolsas de la compra llenas de uvas de nuestra parra. Las repartíamos entre los vecinos y a cambio ellos nos daban excedentes de sus huertas. Mi madre nos ponía a mi padre a mi hermano y a mí a pelar, cortar y cocinar tomates, cebollas, berenjenas, etc. y así hacer conservas para tener para el resto del año. Y este plato trata de llevaros a ese momento".
Después a Bea le tocó escuchar las valoraciones de Pepe Rodríguez, Jordi Cruz, Samantha Vallejo-Nágera, Joan Roca y Quique Dacosta. Y fue precisamente éste último el que tomó la palabra, destacando la estética del plato: "Si esto fuera un restaurante, estaríamos haciéndole fotos al plato". Joan Roca, por su parte, dejó unas palabras que Bea seguro no olvidará: "Está muy bueno. Es muy bonito estéticamente también. Pero además refleja muy bien esta historia que nos has contado. Has sabido transmitir ese afecto de la familia hacia la cocina. Es maravilloso, es emotivo y el resultado es extraordinario. Enhorabuena". Pepe calificó el plato como "alta cocina de La Mancha", para terminar asegurando que se lo copiaría para El Bohío perfectamente. Samantha cerró la valoración del entrante poniendo en valor el nivel de detalle al que llega Bea: "Está muy bien presentado, como todo lo que haces, está elegante y finolis. Has nacido para esto".
El punto y final a las presentaciones lo puso Gabriela con un postre espectacular con mensaje a sus hijos y homenaje a Valencia. "Quiero que mis hijos sepan que si tienen un sueño como lo he tenido yo o una pasión como la tengo yo por la cocina, que lo persigan. Y quiero no solo contárselo, quiero que lo vean con un ejemplo, como lo he visto yo con mis padres". Faltaba Valencia y su contexto. Y así lo explicó Gabriela presentando su dulce antes los jueces y los chefs invitados: "He hecho una falla valenciana simulándola con la pavlova. La espuma es de horchata, las fresas de Sagunto osmotizadas con amareto, la naranja osmotizada con agua de Valencia, hay un gel de naranja con cointreau y luego está el olor de la flor de azahar propio de los naranjos, muy valenciano".
Gabriela se lleva 100.000 euros en metálico y un master en cocina, técnica, producto y creatividad en el Basque Culinary Center
Tras la explicación, Joan Roca calificó el postre como "un tres estrellas" para luego destacar "el juego aromático". Pero sin duda, la voz más autorizada para hablar de este plato era Quique Dacosta. Y no defraudó: "Si valencia es la tierra de las flores, de la luz y del color, está perfectamente escenificada en este postre. Es un plato del que todo valenciano y valenciana se sentiría muy orgulloso y desde aquí como valenciano te doy las gracias por el homenaje".
Llegó el momento de la deliberación. Entonces, Joan Roca abrió la puerta al empate. Los jueces y los chefs invitados compartieron entre ellos sus impresiones y comentaron que había sido "la final más ajustada de la historia". Y fue justo aquí cuando Joan abrió la puerta a que las duelistas compartieran victoria: "Podría ser un ex aequo". Pero la deliberación continuó y Jordi pidió a sus compañeros "buscar ese poquito de más que te haga ganar MasterChef". En una final tan ajustada, los detalles decidirían todo. Con la decisión tomada, las duelistas, arropadas por sus familiares y los exaspirantes, ocuparon el lugar de los jueces para escuchar la decisión. Y Pepe fue el encargado de comunicarlo una vez más: "La ganadora de MasterChef 13 es... ¡GABRIELA!". Curro, Currito y Gabriela corrieron a abrazar a la ya campeona, que estalló de felicidad trofeo en mano: "Estoy flipando. No me lo creo. Esto es lo más grande". Gabriela se lleva 100.000 euros en metálico y un master en cocina, técnica, producto y creatividad en el Basque Culinary Center.