La batalla campal entre RTVE y las cadenas privadas está alcanzando niveles insospechados. La corporación pública rompe el mercado con dinero de los contribuyentes, ficha y contrata con cachés que nadie alcanza y sin consideraciones propias de un Ente de titularidad pública. Nunca en la historia de RTVE, al menos en la etapa democrática, se habían visto situaciones como las que están ocurriendo actualmente bajo la presidencia de José Pablo López, gestor omnímodo tras el cambio legislativo impulsado por el gobierno de Pedro Sánchez, que permite al máximo responsable de la Corporación control absoluto y sin límites. Muchos de los deplorables espectáculos a los que asistimos casi a diario, en otros tiempos hubieran supuesto la dimisión inmediata del presidente o los directivos. Y no hace falta ir hasta la época de Pilar Miró y sus trajes, cuando la guerra cainita del PSOE guerrista contra el PSOE felipista acabó con la mejor gestora que jamás pasó por esa Casa. Hoy, un detalle así sería irrisorio.
Uno de los aspectos más polémicos ha sido la creación de un Consejo de Administración compuesto por 15 consejeros, quienes perciben en torno a 100.000 euros anuales cada uno, pero sin ningún poder ejecutivo real. Este modelo está permitiendo a José Pablo López tomar decisiones unilaterales: fichar a quien quiera, pagar lo que considere necesario para robar colaboradores (incluso de la propia cadena, como ocurrió con Mañaneros) y, si hace falta, solicitar créditos extraordinarios. ¿Hay que gastar 1.200 o 1.300 millones de euros anuales del dinero de los contribuyentes? Se paga. ¿Hay que duplicar o triplicar el precio de mercado de unos Juegos Olímpicos o de un Mundial? También se paga. El objetivo declarado es ganar audiencia, pero el trasfondo parece ser otro: recubrir el mensaje ideológico en el envoltorio capaz de atraer mas adeptos a la causa.
Pero no todo funciona. Aciertos como el magnífico programa de Buenafuente, o la llegada del refrescante show de Marc Giró no pueden compensar desastres como la tira diaria de La Familia de la Tele, convertida ya en escándalo nacional. Y para colmo, José Pablo López acude a decirles a los españoles, o sea, al Parlamento, que el programa que presenta la última presentadora de Sálvame, que producen los productores de Sálvame, que dirige un ex director de Sálvame, con la mayoría de los colaboradores de Sálvame, en el horario de Sálvame y de lunes a viernes, no tiene nada que ver con Sálvame. Este señor insulta la inteligencia de los contribuyentes y parece querer olvidar que las dos diferencias esenciales entre Sálvame y La Familia de la Tele son: que este no genera audiencia aunque va sin publicidad y arropado con las telenovelas de éxito de TVE; y sobre todo que este nos cuesta a los españoles cerca de 90.000 euros casa día.
En la polémica estrategia de José Pablo López se incluyen operaciones controvertidas como fichar al antiguo directivo de Fabricantes Studio (ahora La OSA) como director de Contenidos de TVE. Y por supuesto, colocar productoras afines, por ejemplo, la actual heredera de La Fábrica de la Tele, conocida por producir Sálvame. Poco importa que los proyectos fracasen: se mantienen con presupuestos desorbitados. Esto permite pagar cachés desorbitados, romper el mercado audiovisual y fichar colaboradores por precios muy superiores a los habituales, arrebatándoselos a otras cadenas, cuyas cuentas de resultados dependen del dinero de accionistas. Algunos caen en la trampa tentados por las ofertas. Otros se lo piensan ante el futuro incierto de los programas a los que se incorporan, a pesar de las ofertas de sueldos elevados. Pero surge una gran incógnita: ¿Cuánto tiempo durarán esos sueldos?
Entre los fichajes más sonados está Isa Pantoja, conocida como Isa P, quien abandonó Telecinco y Unicorn Content para incorporarse a La Familia de la Tele en RTVE, por un salario que, según publicamos, ronda los 12.000 euros mensuales. También está el caso de las periodistas Silvia Taulés o Laura Fa, a quien no se le permitió compatibilizar su trabajo en Espejo Público, de Antena 3, con el nuevo proyecto en La 1. Aunque ya había firmado con RTVE, en Antena 3 le comunicaron que no podía estar en ambos lugares, y terminó optando por la pública.

La familia de la tele' se desploma a mínimo de audiencia en TVE y arrastra a 'La Promesa' a su peor dato
El gran proyecto televisivo de José Pablo López se derrumba: La familia de la tele marcó este jueves un nuevo mínimo en la cuota de su contenedor, con un 7,7% y 579.000 espectadores. En sus tramos, el primero hizo un muy preocupante 5,5% con 461.000 espectadores (sus datos más bajos tanto en cuota como en miles). En el segundo tramo anotó un 5,7% con 395.000 espectadores. Lo peor es que las curvas son aún más terribles que el dato en sí: los espectadores huyen en desbandada cuando aparecen los guiñoles de José Pablo López: el rechazo de la "clientela" de TVE es una evidencia, a diario, sin matices: tanto si viene del Telediario como de las telenovelas. Además, el desastre que supone la baja audiencia del programa presentado por María Patiño ha afectado a las ficciones diarias de La 1, que caen a sus peores datos desde que se emiten dentro del contenedor: un 9,1% 'Valle Salvaje' y en un 12,6% 'La promesa'. Y Aquí la Tierra tiembla con ellos.