Televisión

Chenoa vive su momento más complicado desde la escena del chándal llorando por David Bisbal

La gala de Tu cara me suena de este viernes es un cruce perfecto entre la nostalgia de Operación Triunfo, la intensidad del formato de Antena 3 y la historia personal de una mujer que, a pesar del tiempo, sigue siendo parte esencial del imaginario musical y emocional del público español. La séptima gala de Tu cara me suena ha dejado mucho más que talento y música en el escenario. Para Chenoa, jurado del programa, la noche de este viernes ha sido una especie de viaje emocional al pasado, una especie de déjà vu televisivo que la enfrentó nuevamente con uno de los capítulos más mediáticos de su vida: su ruptura con David Bisbal, que tantos recuerdan por la famosa imagen de la artista en chándal frente a la prensa.

Aunque el concurso se ha centrado como siempre en las imitaciones musicales, en esta ocasión ha sido inevitable que la nostalgia y los recuerdos dominaran la escena. Todo comenzó cuando Yenesi interpretó 'Mi princesa', una de las baladas más sentidas del repertorio de Bisbal. La actuación, cargada de sensibilidad, tocó el corazón del jurado y del público, generando un momento de silencio emocional que incluso a Chenoa le costó comentar sin quebrarse: "Esta es una de esas pocas veces en las que no se puede hablar de técnica ni de puntuación. Has puesto el alma y eso se ha sentido", expresó visiblemente emocionada.

Àngel Llàcer también se sumó al homenaje, destacando la vulnerabilidad y autenticidad de la concursante: "Lo que has hecho hoy es desnudarte emocionalmente. No solo has imitado, has mostrado tu alma. Eso es lo que hace grande a esta profesión".

Pero el recuerdo de David Bisbal no terminó ahí. Poco después, el joven talento Mikel Herzog Jr., uno de los favoritos del público, apareció en el escenario caracterizado como el extriunfito, interpretando su clásico 'Camina y ven'. El parecido físico, los característicos rizos, el pecho descubierto y la energía al cantar hicieron que, por un momento, el plató se sintiera transportado a los inicios de Operación Triunfo. Tanto así que Manel Fuentes no pudo evitar preguntarle a Chenoa: "¿Has sentido que escuchabas la voz de David al cerrar los ojos?".

Chenoa, algo contenida pero honesta, respondió con elegancia: "Has hecho un trabajo muy bueno. Me sorprendieron especialmente los giros vocales, que son muy difíciles. La voz era casi idéntica". Pero el ambiente pronto cambió de tono cuando Àngel Llàcer, con su habitual espontaneidad, lanzó la pregunta del millón: "¿En esa época tú y David erais pareja?". La cantante, lejos de esquivarlo, asintió con una mezcla de naturalidad y resignación. Manel Fuentes, en tono de broma, añadió entre risas: "Hacían equipo… y entrenaban en chándal".

La referencia, inevitable, a la imagen de Chenoa llorando ante los medios con ropa deportiva, desató una mezcla de risas, complicidad y cierto halo de tristeza en el plató. Fue entonces cuando Lolita, también miembro del jurado, fue más allá y preguntó si 'Mi princesa' fue compuesta para ella. Chenoa lo negó, aunque aclaró que Bisbal sí le dedicó otras canciones.

El momento, que bien podría haber sido incómodo, fue gestionado por Chenoa con una madurez que sorprendió incluso a sus compañeros. "No pasa nada, de verdad. Soy parte de la historia, y me lo tomo con sentido del humor. Si Lolita ha estado en toda la historia del mundo, por una vez que estoy yo…", dijo, con una sonrisa. Su capacidad para afrontar la situación, lejos de debilitarla, reafirmó su fortaleza y carisma. Lolita cerró el intercambio con una frase que arrancó aplausos: "Detrás de un gran hombre siempre hay una grandísima mujer". Palabras que fueron interpretadas como un gesto de apoyo y reconocimiento a la trayectoria personal y profesional de Chenoa.

La gala fue, sin duda, una montaña rusa de emociones. Tu cara me suena, que suele centrarse en la música, abrió por un instante una ventana a los sentimientos reales de sus protagonistas, recordando al público que, más allá del espectáculo, hay personas con historias que nos conectan y conmueven. Para Chenoa, esta edición no ha sido una más. Entre la actuación de Yenesi, el recuerdo de su antigua relación con Bisbal y las bromas inevitables sobre su famoso chándal, la noche del viernes la expuso de una forma que no se veía desde hacía años. Sin embargo, lejos de esconderse o incomodarse, la cantante lo enfrentó con madurez, ironía y una admirable capacidad de mantenerse firme en el foco mediático, demostrando una vez más que sabe cómo convertir los momentos difíciles en una oportunidad para reafirmarse.

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