Ariana es una de las concursantes más prometedoras de la nueva temporada de MasterChef. El talent culinario más popular de la televisión arrancó el pasado mes de marzo con 16 participantes muy prometedores, pero todos vieron en la estadounidense una rival muy dura.
En su primera entrega, el programa presentado por Pepe Rodríguez, Samantha Valleja-Nágera y Jordi Cruz consiguió hacer líder de su franja a La 1 con una cuota del 14,4 % y 2.985.000 espectadores únicos.
Y lo que no pasó a nadie desapercibido fue la presencia de Ariana (20 años). De padres bielorrusos, nació en un pueblo de Minnesota, pero desde hace dos años vive en Barcelona. Es la mayor de cinco hermanos y siempre ha demostrado su pasión por la cocina.
El motivo por el que muchos la ven fuerte es su pasado, ya que participó en la versión junior de MasterChef en Estados Unidos.
A día de hoy se dedica a crear contenido gastronómico en sus redes sociales, donde supera los 2,5 millones de seguidores. Pero fue en la prueba de exteriores de Santillana del Mar en la que mostró su valor.
Los jueces dejaron a los aspirantes que determinaran tanto el tiempo de cocinado, como el número de comensales, la formación de equipos, los platos que tendrían que elaborar o la elección de capitanes. Ariana no dudó y se puso a liderar: "No es mi primera vez en MasterChef. Sé cómo va la cosa. Hay que ser valiente".
Sus compañeros la siguieron y ella rápidamente se colocó el delantal de capitana: "Mis padres son inmigrantes refugiados y nos enseñaron a ser valientes. Quiero demostrar a los jueces que estoy aquí para realmente formar parte de la experiencia", algo que, pese a los errores, Jordi Cruz reconoció: "Prefiero a una capitana kamikaze que a un equipo conformista con aspirantes que ven el desastre y se callan".