Terelu reacciona a su nueva imagen tras 18 días en Honduras: "Este pellejo es para llorar"

La aventura de la presentadora en Supervivientes ha llegado a su fin por voluntad propia. Terelu Campos activó el protocolo de abandono el pasado jueves y después de tres días de reflexión, anunció su decisión: "Yo he cumplido mi tiempo. Con todo el respeto a todos los coaches, 18 días han sido suficientes para mi cuerpo. No para mi mente, pero sí para mi cuerpo", dijo entre lágrimas. Este lunes, la hermana de Carmen Borrego se ha enfrentado al espejo y su nuevo reflejo la ha dejado ojiplática: "Mejor no ver el culo porque este pellejo es para llorar", ha dicho.

Con un bañador rosa y sin ni siquiera haber pasado todavía por la ducha, Terelu ha comprobado que dos semanas y media a base de arroz y conservas limitadas han hecho estragos en su figura: "¿Dónde está esto? Mi seña de identidad... no está", se preguntaba señalándose la tripa. "Ostras, qué pelo. Parezco una loca. Soy una cerda, claro que solo me he lavado la cabeza un día. Eso sí que no me lo podía yo imaginar", comentaba. "Tengo picaduras por todos lados. ¡Madre mía! Por favor, este pantalón me quedaba justo justo...".

Muy coqueta, se apartaba el pelo de la cara también para comprobar si su rostro había sufrido las consecuencias de su paso por Honduras. "Me veo la cara como más fina. Pues nada, un nuevo look, que nunca está de más. Y escuchad, ahora ya no voy a tener tanto miedo de que me pillen los paparazzi. ¡Que me pillen como les dé la gana!", celebraba con humor.

Tras la prueba del espejo, ha llegado el momento más esperado por Terelu: un buen chocolate con porras. "Esto es cacao. Esto os juro que sí es cacao. Y leche fría", relata mientras se prepara su vaso. "Esto es gloria bendita. Aquí todo esto es gloria bendita. No son las que me traía mi abuela Concha, pero da igual. Yo hubiera podido sobrevivir aquí con solo un cola cao al día", aseguraba. "Este lo compartiría con Anita o Ángela. Todos se han portado bien conmigo pero Ponce de manera especial. Eso sí, cuando llegue a Madrid yo me quiero tomar el colacao conmigo misma, para qué voy a mentir. En mi mesa de la cocina y el periódico", remataba.

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