Un simple festival de música se convirtió la pasada edición en un campo de batalla para juzgar la crítica situación que se vive en Gaza desde que Israel comenzó su ofensiva tras los atentados terroristas de Hamás. Aunque Eurovisión es "apolítico", el concurso se convirtió en un juicio sobre lo que está ocurriendo en la zona con fuertes críticas a un festival que había decidió no eliminar a Israel como sí hizo con Rusia anteriormente.
Tras la gran polémica formada el año pasado, la Unión Europea de Radiodifusión (UER) ha publicado este jueves la lista de los 38 países que participarán en la próxima edición del concurso, que tendrá lugar entre el 13 y el 17 de mayo en Basilea (Suiza). Israel vuelve a estar en ella pese a las tensiones que se generaron el año pasado, con intentos de boicot y protestas en los alrededores del Malmö Arena de Suecia, donde se celebró la edición pasada.
Hay que recordar que este martes, la UER anunció cambios para la próxima edición del certamen, que sin embargo no están relacionados con la participación de Israel. En un comunicado de prensa, explicaron estos cambios como parte de su "compromiso continuo de crear la mejor experiencia posible para todos los involucrados", para "salvaguardar el bienestar de los participantes, garantizar experiencias positivas para los artistas y delegaciones y promover los valores fundamentales de comunidad, respeto e inclusión".
Los cambios fueron aprobados por la junta directiva del evento, el Grupo de Referencia ESC, y tras consultas con las 37 emisoras participantes y otras partes interesadas clave para garantizar el éxito y el crecimiento continuos del Festival.
La primera novedad fue el nombramiento de Martin Green como nuevo director del certamen europeo, el pasado verano, para mejorar la gestión tras las controversias de este año.
Nuevo código de conducta y protocolo
Una de las novedades es la implementación de un nuevo código de conducta y protocolo destinado a asegurar un ambiente respetuoso y de apoyo durante la celebración del Festival, que se enfocará en salvaguardar la seguridad, el bienestar y el éxito de los artistas, reduciendo los riesgos físicos y emocionales y promoviendo una experiencia positiva para todos los involucrados.
Durante la celebración del evento, la UER creará una figura encargada de velar por el bienestar de los artistas, que actuará como el principal contacto entre ellos y el personal, asegurando un entorno seguro, respetuoso y de apoyo para todos los participantes.
También habrá mejoras en la producción y en la privacidad de los participantes y para ello la UER establecerá zonas sin grabación en las áreas reservadas para los artistas.
Para los ensayos se implementará un horario que permitirá a los artistas descansar y disfrutar de la ciudad anfitriona. Además, habrá más ensayos a puerta cerrada para garantizar la privacidad.