La situación en Valencia ha llegado a un punto de máxima tensión. La visita de Felipe VI, que buscaba mostrar solidaridad, y sobre todo la presencia de Pedro Sánchez y del presidente de la Generalitat, han desencadenado una reacción inesperada de descontento y enojo. Los improperios escuchado al paso del monarca y de doña Letizia, así como contra el presidente del Gobierno y de Carlos Mazón, marcaron una mañana de crispación que terminó afectando incluso a un reportero de Telecinco, quien sufrió un golpe accidental en medio de los disturbios.
Este domingo 3 de noviembre, la respuesta de algunos ciudadanos en Paiporta dejó claro el nivel de frustración acumulada. Felipe VI y la reina Letizia se desplazaron a Valencia para hacer acto de presencia tras la tragedia que aún afecta a la región. Sin embargo, para los habitantes y trabajadores de las zonas dañadas, lo que necesitaban no era una visita simbólica, ni una foto, sino un respaldo efectivo en forma de recursos y ayuda tangible. La indignación fue tal que incluso sorprendió a periodistas como Isabel Jiménez, quien recogió el testimonio de una población desgastada. Los reproches no tardaron en llegar: "asesinos", "privilegiados" e incluso llamados a que "cogiesen una pala" resonaron por las calles.
La tensión aumentó en minutos, convirtiendo el entorno en una protesta que todas las cadenas televisivas intentaron capturar en directo, pese a los riesgos. Las complicadas condiciones del terreno, la multitud creciente y la necesidad urgente de proteger al monarca dificultaron tanto la cobertura informativa como la seguridad del personal desplazado. Sin embargo, los gritos y el enojo de los presentes escalaron hasta actos más violentos cuando algunos manifestantes empezaron a lanzar piedras y barro en dirección a la comitiva real. Uno de estos proyectiles golpeó accidentalmente en el rostro de un reportero de Telecinco, un incidente que Isabel Jiménez reportó en directo durante la cobertura especial de Informativos Telecinco: "A uno de nuestros compañeros le ha dado una pedrada en la cara. La seguridad se ha tenido que reforzar de inmediato", explicó.
El conflicto alcanzó tal magnitud que, poco después, se cancelaron las visitas restantes del rey a otras localidades de la región. María Casado, quien también cubría la situación desde Valencia, describió la profunda exasperación de los ciudadanos: "La gente está agotada, y esa frustración ha ido directa contra el jefe del Estado". La presentadora se solidarizó con los habitantes y expresó la urgencia de asistencia en una zona que todavía sufre las consecuencias de la tragedia: "Están muy cansados, necesitan ayuda real y urgente".