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La paradoja Errejón: la izquierda lo acribilla mientras la derecha le desprecia pero sale en su defensa

El tsunami desatado tras las denuncias contra Íñigo Errejón tiene todavía un alcance difícil de calcular. Los presuntos delitos de corte sexual del fundador de Podemos y antigua estrella de Sumar dañan al Gobierno, golpean el discurso de los partidos progresistas sobre el feminismo y destrozan el horizonte de Yolanda Díaz, ya que los Pablo Iglesias, Irene Montero o Ione Belarra aprovechan la crisis para recuperar el liderazgo del espacio.

Las cuchilladas de algunas ex novias, muchos ex compañeros y de otras izquierdas contra el cadáver político de Errejón se intensifican en prensa y redes sociales pese a la presunción de inocencia que asiste a cualquier ciudadano en un Estado de Derecho. La paradoja es que quienes cuestionan el discurso de la actriz Elisa Mouilaá, tanto en su denuncia como en sus explicaciones posteriores, son a menudo columnistas cuya ideología política está en las antípodas del acusado, si bien subyace el desprecio hacia uno de los valedores de una ley que defendió y que ahora le acorrala. Algunos articulistas añaden que las respuestas de la actriz presuntamente acosada podrían ser utilizadas por la defensa del ex portavoz parlamentario del 'yolandismo

Puritanismo, cainitismo y Woody Allen

Pedro J. Ramírez dijo cuando sufrió la publicación de un vídeo sexual (también fue pionero en eso) que sus enemigos se habían equivocado "de persona y de país", en referencia a que España había dejado de ser un país puritano. Poco después, Estados Unidos demostraba que seguía siendo demasiado moralista tras 'matar' a Bill Clinton por una relación extramatrimonial. La buena noticia es que la víctima de aquel crimen sobrevivió y que los malhechores fueron identificados, juzgados y condenados. Aunque no todos.

Hoy en día, los Estados Unidos conjugan la hegemonía de los excesos de lo woke, véase la condena social sufrida por Woody Allen por unos abusos sexuales que nunca se probaron, y la victoria del 'malismo'. Es difícil asumir que Donald Trump no tenga desgaste electoral por sus condenas por pagar con fondos de su campaña a una prostituta para que cerrara el pico. En España, desde la izquierda a la derecha se han lanzado contra Errejón, un "depredador sexual" y un "psicópata narcisista" según ha comentado Mouiláa a Espejo público.

Tres excepciones

PP, Vox y sus principales aliados han arremetido contra Errejón por predicar feminismo y admitir de forma implícita sus excesos machistas. Pero para una condena judicial habrá que probar si son delitos o son machistadas que simplemente debieran haber tenido consecuencias políticas. Dice Pepe García Domínguez en Libertad Digital que en Génova 13 debieran haber defendido a Errejón y no haberse sumado al coro progresista: "Tenemos la derecha más idiota del mundo. Se pasan la vida hablando de la batalla cultural y cuando surge un caso de libro para poder lanzarse a darla, se suman a la jauría progre y woke con el rabo entre las piernas", afirma desde la emisora de Losantos. Errejón solo ha contado con tres defensores, que nos consten: todos ellos versos sueltos de una derecha más o menos vehemente: Arcadi Espada, Juan Manuel de Prada y Federico Jiménez Losantos.

De Prada

Juan Manuel de Prada ha dedicado su fin de semana a ejercer de abogado defensor de Errejón. El escritor advirtió el sábado en Abc del "linchamiento público" de una persona sobre la que no pesa "ninguna condena judicial". El domingo afirmó en el decano de la prensa madrileña que son las sociedades enfermas las que buscan chivos expiatorios "para sentirse puras". "Mucho más grave que la conducta sexual del archivillano Errejón nos parece dar pábulo a historietas guarras de señoritas despechadas", añadió.

Arcadi

El domingo en El Mundo Arcadi Espada puso en duda toda la armazón argumental de Mouilaá y cargó contra Errejón por no defenderse. "Un cobarde. Incapaz de plantar cara a denuncias de un surrealismo tan abyecto y legitimando, por lo tanto, que en el futuro basten para acabar con un hombre". "Una cobardía, además, que empequeñece y hasta justifica la indignidad de los partidos que, como Vox, habían defendido siempre la necesidad de rebelarse ante la jauría anónima y metiómana y que hoy hincan el pico como cuervos ante la carnaza purulenta del rival político caído", añadió.

Jiménez Losantos

Federico Jiménez Losantos este lunes, también en El Mundo, ha cargado contra Mouilaá: "¡Pobre caperucita roja, a la que le mordió el lobito progre! Estas titiriteras de la ideología de género han usado el sufrimiento real de las mujeres maltratadas o violadas para montar unos chiringuitos que sólo han servido para colocarse ellas, sin beneficio ni progreso para las 'hermanas". "Cuando tuvieron cerca un caso de abuso, o mil, lo taparon. Ni les importan las mujeres de derechas ni las de izquierdas: sólo la secta progre y la pasta. La ley del sólo sí es sí es el vestigio de este fraude, que hay que borrar, para que hasta Errejón pueda tener derecho a la presunción de inocencia", remata.

La izquierda mediática

Pablo Iglesias admitió el pasado jueves en 59 segundos de TVE que había escuchado algunas sombras que pesaban sobre Errejón y Diario Red, dirigido por el ex vicepresidente, editorializó contra el fundador de Más Madrid, Más País y Sumar por su caída política. "No fue a causa de su desempeño político, ni porque el periodismo hiciera su trabajo, ni gracias a sus compañeros de partido, ni lo causaron tampoco sus enemigos fuera de él: si alguien tumbó a Íñigo fue el feminismo. Las feministas. El fuego lo prendió una denuncia anónima en la cuenta de una periodista, que, ésta sí, lleva años haciendo su trabajo, que es también su militancia, y su activismo, a pesar de un altísimo coste profesional y personal", señaló el jueves Diario Red.

El País, el sábado, dice que "la desaparición de escena de Errejón aboca a la recomposición de un espacio político demasiado vinculado y dependiente de figuras históricas con un marcado hiperliderazgo. Más allá de esa repercusión en la política institucional, lo relevante del caso es que vuelve a poner en evidencia las estructuras transversales de dominio y poder basadas en el abuso y, sobre todo, en la impunidad". "Lejos de limitarse a la definición tradicional de violación que nos remite al imaginario del desconocido asaltando a una mujer en la calle, la carga simbólica del caso Errejón se produce por su inevitable resonancia con la cultura de la violación destapada por el movimiento Me Too hace ahora siete años", añadieron los de Prisa.

Dice El País que "la resistencia al feminismo se organiza desde una reacción que defiende una estructura desigual en nombre de las tradicionales posiciones de poder basadas en la impunidad de los perpetradores y en el silencio de las víctimas". Elvira Lindo, también en El País, se ha hecho viral por escribir este domingo que "la paradoja se encuentra en cómo el mismo político que quiso traer a la conversación pública la necesidad de un buen programa de salud mental se autodiagnosticara tramposamente para justificar su error". "Su confusa declaración recordaba a esas comparecencias de perdón con que tantos políticos y celebridades americanas buscan redimir sus pecados para, de la mano de Dios, regresar al rebaño. A veces vuelven victoriosos del viaje y aún se les atribuye más mérito tras la penitencia. Así es como los evangélicos han coronado a Donald Trump como a un rey David, que por ser pecador en el pasado se encuentra aún más preparado para defender la fe. Si un fanático se empeña, encuentra en los libros sagrados la justificación a cualquier fechoría", añadió la creadora de Manolito Gafotas.

Esther Palomera, gran conocedora de las entretelas socialistas, dice que "no hay carta de renuncia más delirante, estrambótica y repugnante que la que escribió este jueves Íñigo Errejón para anunciar que deja el escaño y la política. Sabe bien el porqué de esa renuncia, pero prefiere el eufemismo para tapar la realidad. Y lo saben mucho mejor sus víctimas, algunas mudas por el terror que infundía sobre ellas". La cronista parlamentaria de eldiario.es denuncia la campaña en defensa de Errejón lanzada por algunos medios que utilizaron al político cual juguete (ahora roto) para destrozar a Podemos. "Las supuestas víctimas prefieren el anonimato o porque el tufo machista de este país, ante la duda, aún logra ponerse del lado del presunto acosador. ¿Y esta vez por qué será? ¿Será porque afecta a otra quebrada esperanza blanca de la izquierda alternativa?". Remata Palomera: "Lamentable la carta de renuncia de Errejón, que haya dimitido o le hayan dimitido todo el mundo sabe que con su controvertida personalidad y alta autoestima no hubiera dado nunca un paso atrás si las denuncias, aun siendo anónimas, no tuvieran fundamento. Y lamentable quienes le siguen en el ejercicio eufemístico para edulcorar la realidad y favorecer a los más diversos intereses".

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