José Miguel Contreras y el Grupo Prisa han tenido que salir al rescate del documental maldito sobre Pedro Sánchez y El País ha estrenado los primeros capítulos de la serie documental Moncloa, cuatro estaciones, rechazada por las grandes cadenas a pesar de haber sido presionadas por los fontaneros mediáticos del Gobierno, tal y como confirman diversas fuentes de los gigantes audiovisuales que se negaron a comprar y emitir este producto que navega entre una hagiografía de Pedro Sánchez o directamente un vehículo de propaganda del sanchismo más propio de regímenes caudillistas que de estados democráticos.
Ninguno de los terribles resortes de presión ejercidos desde el entorno del núcleo del poder socialista (palo y zanahoria) funcionó ni sirvió para convencer a los responsables de los grupos televisivos a los que se ofreció el documental de que debían comprarlo y emitirlo. El balance es simple: hubiera sido mucho peor el bochorno de sus espectadores que los beneficios prometidos desde Moncloa y Ferraz si se plegaban al deseo de Pedro Sánchez de airear su gran labor y humanidad personal y profesional.
Y al brazo armado mediático del presidente le faltaron bemoles para obligar a RTVE a comprarlo después del escándalo de la contratación de Broncano y la incierta situación de la Corporación Pública, con la presidenta interina caducada, al igual que la mitad del consejo de administración, habiendo sobrepasado 30 millones de euros el presupuesto (de casi 1.200 millones), y en pleno esfuerzo de consenso para desbloquear el desgobierno de la cadena pública.
El documental llevaba ya más de un año guardado en un cajón tras la incapacidad de sus productores de venderlo tampoco entre las diversas plataformas de streaming que operan en España. Este proyecto se convirtió en maldito para sus impulsores, las productoras The Pool y Secuoya. El precio de mercado del proyecto rondaría el millón de euros, pero fuentes televisivas explican que el Grupo Prisa simplemente paga por cada suscriptor que consigue su suscripción Premium.
Andrés Varela Entrecanales y la beautiful people sanchista
La idea de Moncloa, cuatro estaciones partió de Andrés Varela Entrecanales, sobrino de José Manuel Entrecanales Azcárate (fundador de Acciona), primo de José Manuel Entrecanales Domecq (actual presidente de la energética). Andrés Varela es miembro de la beautiful people sanchista, fundador de Globomedia, propietario de la productora The Pool (proveedora de RTVE) y cara visible del tercer accionista del Grupo Prisa, Global Alconaba, la empresa que se hizo con las acciones de Telefónica en la que fuera empresa de Polanco tras intermediación de La Moncloa.
A Varela Entrecanales le acompañó el presidente ejecutivo del Grupo Secuoya, Raúl Berdonés, que lleva años intentando quitar el sambenito que dice que es un productor afín al PP porque en su día fichó para el consejo de administración de la productora a Miguel Ángel Rodríguez y recibió una licencia TDT (Ten) porque, según algunos medios, era cercano a la entonces vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.
El primer capítulo de Moncloa, cuatro estaciones tiene una carta de presentación costumbrista con la que parece que su director, Curro Sánchez Varela, pretendía ahuyentar el ruido que decía que iba a firmar semejante panegírico sanchista, que pretendía servir como recuerdo de la etapa de Pedro Sánchez junto al último libro del presidente, que no esperaba sobrevivir políticamente al verano de 2023.
Pedro Sánchez desayunando junto a Begoña Gómez
El primer episodio muestra a Pedro Sánchez desayunando junto a Begoña Gómez mientras hojea la prensa. Y también presenta a dos de los trabajadores que más años llevan en el palacio de la Moncloa: el camarero José María Posada y el jefe de cocina José María Roca, que entraron a trabajar en la sede del presidencia de Gobierno en tiempos de Adolfo Suárez. El segundo episodio vira hacia la diplomacia al mostrar las tripas de la organización de la Cumbre de la OTAN que se celebró en junio de 2022 en Madrid. El gran protagonista de este segundo capítulo es Javier Solana, ex secretario general de la organización. El documental es una obra edulcorada que presenta una seriedad y normalidad de La Moncloa que contrasta con el ruido que se respiró en el palacio en las fechas en las que se rodó el proyecto, entre febrero de 2022 y marzo de 2023.
Los cañones mediáticos de PRISA adornaron la operación con entrevistas a los responsables del invento. Hace días en la Ser decían que era muy bueno que se hicieran estas cosas y ponían como ejemplos trabajos como el documental sobre Barack Obama Camino hacia el cambio (HBO, 2009) y Macron: el camino a la victoria (TF1, 2017). Pero olvidaron explicar el nivel de dependencia de los autores. Los modelos de HBO y TF1 son los espejos en los que dicen que se intentó reflejar Varela Entrecanales, que asegura que fichó a Curro Sánchez Varela por su falta de significación política.
"Dos productores independientes nos unimos para buscar a un director sin significación ideológica que rodase un documental sobre el retrato de un año en la vida en La Moncloa, el centro del poder político en España. La intención era romper la barrera de la política y mostrar lo que pasa ahí dentro, en esa pequeña ciudad que es La Moncloa", se justificaba el productor, en El País, claro. "Creo que se buscó a un director que no levantase más alarmas de las que ya se han levantado en todo este proceso", añadía.
Secuoya aseguró que "a través de una propuesta narrativa y visual que transita entre el cine documental y el factual", la serie pondría el foco "en aspectos más personales y cotidianos, para retratar protagonistas conocidos en su vertiente pública y trazar con especial fuerza visual un perfil más humano e íntimo". La docuserie, explicaron, nacía "de la presencia en el mercado de trabajos documentales de características similares, que han contado con una importante acogida de público y crítica en plataformas internacionales, una oportunidad todavía por explorar en el mercado español". Curro Sánchez Varela, hijo de Paco de Lucía y director de un elogiado proyecto sobre su progenitor, señaló tras recibir el encargo que su intención era "seguir durante 12 meses el quehacer de la institución y comprobar cómo las estaciones del año marcan sus ciclos de trabajo".
El enfado del PP
El PP denunció que Sánchez se centrase en el documental mientras España sufría una alta inflación. Su secretaria general, Cuca Gamarra, afirmó que los españoles estaban "preocupados por los precios desorbitados" y que mientras tanto Sánchez andaba "obsesionado con su serie". "No estamos para egotecas sino para soluciones", añadió. La relación entre el PP y el PSOE ha empeorado desde entonces. En este contexto, PRISA o Contreras si no traga Joseph Oughourlian, optan, como avanzábamos en junio, a la concesión de un nuevo canal por parte del Ejecutivo socialista, un vehículo vertebrado a base de tertulias e información política, como se temen los de Alberto Núñez-Feijóo. Puede que haberse quedado con el documental de Moncloa acelere las gestiones de Óscar López y compañía y que a principios de 2025 el manejador de La Coproductora tenga su juguete en las manos.