A primera hora de la mañana de este domingo 13 de octubre recibíamos una llamada que hacía llegar a la redacción de Informalia una primicia que no hubiéramos querido dar. Minutos después, otra fuente nos confirmaba la triste noticia que instantes después refrendaban los familiares de la entrañable Mayra Gómez Kemp, fallecida a una edad muy temprana, 76 años. Los restos mortales de la presentadora, actriz y cantante descansaban en Anatómico Forense.
Recordábamos inmediatamente y ante todo su sonrisa, su buen humor y talante, su retranca y su habilidad para empatizar con el público, una de las muchas virtudes que convirtieron a esta española nacida en La Habana casi en parte de la familia, al menos para las generaciones que disfrutamos de su simpatía y su buen hacer en aquel Un, dos, tres que condujo con su personalísimo estilo y maestría, a las órdenes de otro grande, Chicho Ibáñez Serrador, que tuvo el acierto de elegirla para sustituir a Kiko Ledgard al frente del legendario concurso de TVE.
Mayra Gómez Kemp recibía el alta hospitalaria hace apenas unos días después de haber sufrido un accidente doméstico en su casa de Madrid donde vivía, en Martín de los Heros, muy cerca de los cines Princesa. La propia Mayra nos explicó después del susto que había pasado muchas horas en el suelo, presa de la angustia, y que no fue capaz de pedir ayuda. Fue, como avanzamos en su día, su vecina, que dio la voz de alarma y gracias a ella pudo ser trasladada a urgencias.
"Me resbalé y ya no me pude levantar, como la canción de Mecano. Vinieron los bomberos a rescatarme y en lo que sí me fijé fue en lo altos y guapos que eran", relataba con esa retranca cubana tan deliciosa y suave como ese acento cubano que nunca terminó de perder del todo a pesar de los años. Para retranca el título de la autobiografía que firmó, y del que también tomábamos nota este domingo cuando con mucho disgusto dimos la fatal noticia de su muerte. Optimista, positiva y agradecida como pocas, decía sentirse una privilegiada, consciente de todos sus triunfos, no solo los profesionales que la mayoría conocemos, sino personales. Mayra fue una migrante en la primera parte de su apasionante existencia; pero con los años se instaló en España, triunfó y gozó de una estabilidad sentimental y familiar de la que ella fue siempre consciente.
"Solo me arrepiento de no haber sido capaz de acabar mis estudios"
"Solo me arrepiento de no haber sido capaz de acabar mis estudios pero entre el trabajo y los viajes con mi marido no ha sido posible", nos dijo hace apenas unos años. Fue muy feliz con su marido, Alberto Berco. El actor argentino y Mayra se conocieron en España cuando coincidieron trabajando en la misma obra de teatro: "Yo actuaba y el hacía de narrador", contaba ella. Pero Alberto la dejó viuda. Su libro de memorias lo tituló con la famosa frase que leía en el Un, dos, tres para dar pistas (falsas, a veces) a los concursantes de la subasta, a la hora de optar por una opción y conseguir el coche o el apartamento y sobre todo evitar la temida calabaza Ruperta.

Hasta aquí puedo leer se titula la biografía que escribió Mayra y que presentó junto a otros dos grandes, Manuel Campo Vidal y Teresa Campos. "No siempre se acierta, pero yo encontré al hombre de mi vida, mi compañero de viaje, la persona que junto con mis padres me dio la felicidad y me hizo crecer". Fue en 2015 y por entonces no sabíamos ni nosotros ni ella que en enero del 2021 se iba llevándose más de media vida de Mayra con él, después de casi medio siglo de amor.
Por entonces, el novio de María Teresa Campos y otro de los que triunfó con Mayra en el Un, dos, tres, Bigote Arrocet, acompañaba a la madre de Terelu, a la que todavía hacía su "piticlín, piticlín". Cuando dejó La ruleta de la fortuna en Antena 3, un verano, para pasarle el testigo a un joven llegado de Bilbao llamado Ramón García, nos dijo en una entrevista que "ese vasco" iba a llegar "muy lejos". Tenía buen ojo no solo para encontrar al amor de su vida.
Compañera como pocas, generosa, siempre con una sonrisa dentro y fuera del plató, era ante todo una luchadora integral, inagotable. Estuvimos a metros de ella cuando recogió alguno de sus cuatro TP de Oro y también en el 2013, cuando recibió con todo merecimiento el Premio a toda una trayectoria de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión Española. Hasta aquí podemos leer. DEP Mayra.