La conocida como Banda de Badoo fue uno de los casos más sonados del último lustro debido a la brutalidad con la que perpetraron sus crímenes y el reclamo que utilizaban para atraer a sus víctimas: un perfil en esta red social de citas.
En el verano de 2019 tres hombres quedaron en varios municipios de la Ribera Alta del Ebro con una mujer que habían conocido desde la aplicación de Badoo. El atractivo eran perfiles de una chica: Daniel, Dulce y Bella, eran los pseudónimos que se emplearon para cada una de sus citas que terminarían con un violento robo. Dos de ellos lograron salir con vida, pero el último fue enterrado con vida en un terreno de la comarca.
La banda de Badoo estaba formada por Hedangeline Candy Arrieta y su pareja Mohammed Achraf y juntos hacían uso de la citada aplicación para atraer a hombres y robarles con violencia
Los detalles del crimen
Los hechos probados de la sentencia ratifican que la acusada quedó con el informático vasco de Getxo por dicha red social para un encuentro el 6 de septiembre de 2019 en Zaragoza. Después de que esta se ganase su confianza fue abordado, reducido e inmovilizado con bridas.
Los siguientes días la víctima fue retenida y golpeada hasta que la pareja se hizo con sus claves de tarjetas de crédito. Se registraron un total de seis transacciones bancarias entre los días 7 y 11 de septiembre. El hombre estuvo cautivo desde el 7 de septiembre, recibiendo golpes en cabeza y tórax, hasta que el 8 lo desnudaron y procedieron a enterrar su cuerpo cuando este todavía estaba vivo.
Pasaron casi tres semanas hasta que la Guardia Civil localizara el cuerpo de la víctima en un descampado conocido como el barranco del Lobo. Para entonces los acusados ya habían sustraído gran parte de los bienes del bilbaíno, como su coche que vendieron con urgencia por 21.000 euros o su alianza.
No fue la primera víctima de esta banda, ya que la policía llevaba un tiempo siguiendo la pista a este grupo de personas que seguían un mismo modus operandi.
En junio de ese mismo año la pareja actuó junto con José Antonio Meléndez Fernández para llevar a cabo un asalto similar en Gallur. El tribunal condenó a los tres criminales a doce años y medio de cárcel por la detención ilegal, robo con violencia y las lesiones que causaron a la víctima.