Televisión

Así va la guerra de Pablo Motos y David Broncano más allá de las audiencias: no todo va a ser ganar

Broncano y Motos, los más vistos de la televisión

Por cerca de 90.000 euros diarios, a ver quién es el valiente enfant terrible que no se traga su impostada rebeldía y se come con patatas un trocito de su tono de yohagoloquemedalagana para cambiarlo por un yohagoloquemedalagana pero menos. O sea, que se acabó esa idiotez de que en el programa haya que gritar "¡farlopa!" y decir "tío" al final de las frases porque creen que eso les hace parecer más cool, modernos y revolucionarios. No, tío, no.

Porque gritar farlopa es la línea roja que les han impuesto la defensora del espectador y los que mandan en TVE, que no se sabe muy bien quiénes son ni mucho menos quiénes van a ser: la mitad del Consejo está caducado, la presidenta interina no sabe ya qué triquiñuela montar para alargar su agonía al frente de la Corporación. Pero han pasado sus seis meses y en Moncloa no saben exactamente qué invento van a parir Óscar López y Antonio Hernando, los Zipi y Zape de Telecomunicaciones, y otros validos del sanchismo mediático, para fortalecer a sangre y fuego el control del Gobierno sobre RTVE.

O sea, que Moncloa ha dado la orden de que les hagan saber a Broncano y sus modernos libertarios que no han de confundir las líneas rojas con las líneas blancas porque los chistes de drogas no son droga pero huelen a maría. Y en RTVE no está el horno para porros. Total: Broncano y su equipo guay se la envainan, siguen cobrando la millonada que a algunos defensores de pleitos no tan pobres les parece escasa y todos más tranquilos sin farlopa, por lo menos mientras se arregla el carajal del administrador único o lo que se les ocurra para manejar desde Moncloa y Ferraz el mando a distancia de la tele que pagamos todos (mil doscientos millones de euros al año).

Enfrente, un Pablo Motos que no se recupera del susto y tiene que frotarse los ojos cada día a las 8 de la mañana para creerse el dato que, después de casi 20 años en el trono, le arroja de martes a viernes el audímetro mágico cuando le pregunta quién es el presentador más visto de España y el capullo del espejo le contesta ( a a veces, solo a veces) que es un humorista obsesionado con el dinero y el sexo y que no tiene a Tamara Falcó en nómina ni a Victoria Federica Marichalar Borbón por amiga y empleada. Este jueves, El hormiguero' marcó un 16,3% mientras que La revuelta llegó al 15,9%. El último enfrentamiento de la semana fue casi un empate en espectadores (una diferencia de 4.000 a favor de Motos: 2.069.000 frente a 2.065.000). David Broncano lidera en la estricta franja de coincidencia (16,4% - 15,1%).

"Me da un poco de asco el tema, eso es la intimidad"

Pero, audiencias aparte, la verdad es que Pablo Motos y sus compañeros de mesa este jueves resultaron algo exasperantes cuando El Hormiguero abordó el tema de las fotografías del abuelo de Victoria Federica besándose con Bárbara Rey. Flanqueando a Motos estaban Cristina Pardo (que mantuvo la coherencia), la marquesa de Griñón, que da un poquito de vergüencilla ajena cuando habla y gesticula, Nuria Roca y Juan del Val, que son marido y mujer. El resumen es que parece al escucharles que para estos contertulios, que algunos días se diría que mean colonia, lo mollar no es que el anterior jefe del Estado, aún al frente de la institución, y con total impunidad, dedicara recursos públicos para tapar sus múltiples devaneos, con la complicidad de presidentes del Gobierno, ministros, altos cargos de Zarzuela y el servicio secreto y otros funcionarios. Motos y sus todólogos estaban más preocupados por el papel de la prensa, como si ellos no estuvieran en un medio. Ellos hablan como si estuvieran en otra dimensión, y deben olvidar que están en un conglomerado mediático y no en un púlpito del Olimpo.

La cuestión es que no les importa tanto la malversación como el salseo. Para ellos, lo del dinero público y los espías y la Guardia Real cobrando por vigilar el desfogue de Sumer con cargo a los Presupuestos no es el tema principal. Lo mollar es para ellos el robo de las fotos, el presunto chantaje, la bronca de madre e hijo y demás pequeñeces. No dio la sensación de que jerarquizaran con rigor el ranking de los malos de esa tensión real no resuelta.

Y la reflexión de Pablo Motos, más preocupado por decir que son de hace 30 años que otra cosa, fue para anotar: "Me da un poco de asco el tema, eso es la intimidad", dijo. Le da asco que un menor fotografíe a su madre con el rey de España y luego le saque la pasta. Vale. Pero no sabemos si también le da asco el inmenso gasto de dinero público dedicado a tapar el escándalo y callar bocas, aunque es condescendiente y comprensivo y entiende (su cadena lleva 48 horas a pico y pala con el tema, como todas) que es una noticia periodística y todo eso. Luis del Val (¡ese pensador!) habló de la "hipocresía de la prensa" por no publicar las comprometedoras imágenes pero luego hacerse eco de ellas cuando las da una revista holandesa.

La reflexión del marido de Nuria Roca (uno más de sus rellenos de placebo informativo) golpea en la línea de flotación también a la cadena en la que trabajan su mujer y él, que ha emitido entre otros espacios la serie de Bárbara Rey, el documental, tiene contratada a la hija de la vedette y el domador, y ha sacado, comentado y analizado el escándalo en las últimas 48 horas hasta la saciedad desde por la mañana con Susanna Griso y por la tarde con Sonsoles Ónega hasta en el informativo de Vicente Vallés para seguir en el propio Hormiguero. ¡Como todos los medios, Luis del Val!

Incluyendo por cierto al mismo espacio desde el que lanzaba el dardo porque, obviamente, en El Hormiguero estaban con el tema. Siempre nos quedará Tamara para hacernos reír cuando recomienda con ese tono tan suyo cosas como que dejemos de golpear ya a Juan Carlos I. "Es todo rocambolesco. Han salido (las fotos) y es lo que es, pasó hace mucho tiempo y la verdad es que está súper mayor el rey emérito y no le paran de caer palos, y todos cometemos errores. ¡Ya, ya, ya!".

De mal gusto preguntarle a Tamara por el embarazo

De propina, Juan del Val dijo que encontraba "de mal gusto" que los periodistas preguntar a Tamara por su embarazo (excepto en El Hormiguero) pero ella fue generosa y en vez de irse a donde Broncano a contar cuánta pasta tiene y cuánto hace el amor con Íñigo Onieva, confesó que lleva intentando quedarse embarazada desde el viaje de novios (antes no): "Para mi las opciones son limitadas porque tengo mis creencias", desveló antes de atreverse a desnudar su intimidad: "He probado varios métodos", confesó. Desde el agujero, Trancas y Barrancas, los mejores, le sugerían que lo haga "sin preservativo".

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