Televisión

Joaquín Torres se despacha a gusto (y con insulto incluido) contra Cristina Tárrega: "Es mala como la quina"

Joaquín Torres ha demostrado, una vez más, que no se corta ni un tres. Lo hizo con sus críticas a Tamara Falcó tras su actitud por el resultado del casoplón que diseñó para ella y, meses después, con las declaraciones sobre su marido, Raúl Prieto, con el que atraviesa una grave crisis que todavía no sabe dónde les llevará. No obstante, estas no son las únicas polémicas que el arquitecto ha hilado en los últimos meses, pues la tensión con Cristina Tárrega, a la que acusó hace unos meses de hacerle magia negra, se mantiene. En su última entrevista le ha dedicado unas palabras, y no son nada agradables.

"La Tárrega, la Tárrega... Una hija de puta, mala como la quina y vulgar hasta decir basta". Con estas palabras se ha referido a la periodista en El sentido de la birra, el espacio conducido por Ricardo Moya en Podium Podcast. En su última entrega, Torres ha hablado desenvuelto sobre su faceta profesional y personal, ambas muy vinculadas, pues es un habitual de los platós de televisión. Precisamente, fue en el de Espejo Público donde el pasado mes de noviembre contó que Tárrega le había declarado la guerra de una forma un tanto peculiar: metiendo su nombre en la nevera.

Según el arquitecto, la periodista había practicado un ritual para hacerle daño. "Fue Cristina Tárrega, que está tarada perdida, cuando dejamos de ser amigos empezó por ahí", confesó ante la mirada atónita de sus compañeros: "El santero que trataba con Cristina hizo no sé qué rito. Me hablaba de un congelador en el que me habían metido y que yo tenía que encender una vela". "Tengo las pruebas del santero que me lo contó. Me había cogido el nombre, lo había metido en el congelador. Y cosas mucho más terribles. Me parece que hace falta estar muy loco", dijo, afirmando que esta le había "hecho de todo". "Cuando uno entra en esa paranoia, creo que no sabes dónde está el final", valoró.

Joaquín Torres tiene el corazón roto

Dicen que el humor es un escudo para sortear algunos pesares, y lo cierto es que estas declaraciones, tiradas con sorna y una tranquilidad pasmosa, llegan en un momento delicado para el arquitecto. Y es que al accidente que sufrió en su moto y la muerte de su madre, se sumaron los problemas con su hermano y los problemas con Raúl Prieto, su marido desde el 19 de mayo del año pasado. "Yo lo quiero muchísimo pero antes tengo que sanar yo", lamentó el arquitecto.

"Raúl es el amor de mi vida, pero cuando las cosas no funcionan de manera adecuada...", confesó, asegurando que lo estaban pasando ambos "muy mal". Desolado, incluso ha dejado de seguir a su marido en Instagram: "Estoy muy triste, muy triste. Me he quedado vacío. Y tengo mucho odio. Me estoy tratando con una psiquiatra, pero tengo mucho odio".

Hay que recordar que Joaquín está casado en segundas nupcias. Fue en 2015 cuando su vida dio un vuelco y dejó su matrimonio con la pintora Mercedes Rodríguez Parrizas, madre de sus dos hijos, Manuel y Álvaro. "Hace más de cinco años que asumí mí homosexualidad. Ha sido un tormento, he tardado demasiado pero ha valido la pena. Soy completamente libre. Ya no tiemblo al oír la palabra marica, maricón, niña... etc. Ya no me niego, ya no me avergüenzo", reconoció hace ya tres años.

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