Martin Scorsese ha conseguido reunir en una película a sus dos actores favoritos. Robert De Niro y Leonardo DiCaprio solo habían estado a sus órdenes en un corto, The Audition, pero nunca habían protagonizado un mano a mano en un largometraje del veterano director (80 años en noviembre).
Los asesinos de la luna, un western que apunta a los Oscar, intenta hacer justicia con uno de los capítulos más turbios de EEUU: los crímenes que colonos blancos perpetraron contra indígenas de la comunidad de Osage -años veinte del siglo pasado- para quedarse con la fortuna de sus tierras, ricas en petróleo. Una historia de tres horas y media de duración sobre la codicia en la que también intervienen Jesse Plemons, Lily Gladstone y Brendan Fraser.
La relación de Martin Scorsese y Robert De Niro viene de lejos. Se conocen desde que eran jóvenes y han trabajado juntos en una decena de películas. El director contó con él en Taxi Driver, Toro Salvaje, Uno de los nuestros, Casino o El irlandés, entre otros títulos que ya son auténticos clásicos del cine.
Scorsese y DiCaprio
DiCaprio también se ha convertido en uno de los actores fetiche de Scorsese, aunque su asociación es más reciente pero igualmente fructífera. Los puso en contacto el propio De Niro -los dos habían coincidido en This Boy's Life (1993)- y rodó por primera vez para él en Gangs of New York. Luego vinieron otros títulos: El Aviador, Infiltrados, Shutter Island o El lobo de Wall Street.
