La flamante ganadora del premio literario (cuya compensación económica supera la del Nobel) ha celebrado su victoria este lunes en su programa, donde la han agasajado con un bonito ramo de flores y una sorpresa: pasar de entrevistar a ser la entrevistada. Miguel Lago ha sentado a Sonsoles Ónega en el sofá para descubrir todos los detalles de la gala en la que se alzó con el galardón: "Cuando escuché mi nombre me entró un tembleque... Se me secó la boca y pensé que no sería capaz de decir ni una palabra".
La periodista, autora de la novela 'Las hijas de la criada', ha contado: "Te presentas con pseudónimo y mi familia no sabía nada. Ni mis padres, ni mis hijos... Yo supe que era finalista una semana antes pero no quise decirles nada por no decepcionarlos si finalmente no ganaba". Y ha añadido: "Cuando mis hijos, Yago y Gonzalo, se enteraron, se enfadaron mucho. Fueron ellos lo que me dijeron, hace un tiempo, 'Mamá, ¿por qué no te apuntas a eso del Planeta?".
Sonsoles ha confesado que pensó en ellos durante ese paseo al escenario y, de hecho, les dedicó el premio: "La literatura es una actividad solitaria y pagas una factura de desafectos profunda. Y la familia es la que lo paga. Espero que cuando vean esto entiendan que ha merecido la pena", ha dicho emocionada.
Yago y Gonzalo (fruto de su matrimonio con Carlos Pardo) son los más 'damnificados' por ese tiempo dedicado a la novela premiada pero no los únicos. Sonsoles también le ha 'robado' horas a su nuevo novio, Juan, un financiero con el que disfrutó de una romántica escapada a Brasil el pasado mes de agosto. Y, por supuesto, sus padres: "El apellido Ónega me pesaba al principio porque me comparaban, pero ahora me quiero parecer a mi padre porque no he heredado su genialidad. He heredado otras cosas, como la capacidad de sacrificio, el amor a Galicia, una biblioteca, la disciplina... Pero su genialidad es única".