Con un escueto "nos vemos pronto" se despedía este pasado 6 de octubre Jordi González de La Plaza, que se marcha a talleres y, tal y como señalan fuentes de RTVE a Informalia, "previsiblemente regresará con un nuevo formato en las tardes del domingo".
El muy discreto 6,6% de share promediado en su breve existencia sentenció el formato, una pobre y fallida actualización de aquel Amigas y conocidas, a su vez adaptación del programa estadounidense The View, creado nada menos por Barbara Walters y emitido en las mañanas de la Abc desde hace más de un cuarto de siglo.
Pero ni las seis y media de la tarde es buen horario ni Jordi González es Inés Ballester ni los temas escogidos para acompañar la actualidad estuvieron escogidos con criterio ni vimos química entre el presentador y sus invitadas, como ocurría a menudo en aquella tertulia que fue eliminada de TVE hace cinco años y por la que pasaron desde Francine Gálvez a Loles León, o de Sonia Ferrer o Cristina Almeida a Isabel San Sebastián o Alba Carrillo. Solo Marta Robles, que recordemos, estuvo en la versión de mediodía y ha repetido en la de tarde. Amigas y conocidas duró cinco años, hasta 2018.
Jordi González fue rescatado para la corporación pública este verano con Lazos de sangre, tras dos años de ostracismo después de su salida de Mediaset España. El presentador firmó un acuerdo para embolsarse 1.600 euros por cada uno de los 70 programas que había firmado de La Plaza. Voces sindicales consultadas por este medio temen que el presentador acabe embolsándose el total del contrato a pesar de haber presentado solo ocho entregas: 113.600 euros.
Jordi, especialista es sacarle dinero a TVE sin trabajar
"No sería la primera vez que González se lleva grandes cantidades de dinero público sin trabajar", recuerdan. Y es que Televisión Española ya abonó sin ninguna contraprestación para la cadena pública más de 2,4 millones de euros a Jordi González a través de la empresa Microproducciones, de la que el presentador es socio. Así lo recogió la Intervención Delegada de Hacienda en RTVE correspondientes a los ejercicios económicos de 2000 y 2001, que destaparon las múltiples deficiencias en las cláusulas de un contrato firmado en 1999 que contemplaba dos años de exclusividad.
Pero Jordi González apenas trabajó para la pública entre enero y abril de 2000, ya que La escalera mecánica (que suponía su retorno a la pública tras La Palmera) naufragó ya que solo se emitieron 8 entregas, como las de La Plaza. Aquel formato en prime time marcó un por aquel entonces gris 15% de share que se quedaba 9,5 puntos por debajo de la media de La 1. Hacienda constató que la pública pagó a la factoría Microproducciones un total de 2.437.603 euros "sin ninguna contraprestación", de los que 1.064.292 corresponden al segundo de los ejercicios económicos citados.
Es cierto que el cambio de Pío Cabanillas por Javier González Ferrari al frente de RTVE le condenó al ostracismo en televisión, pero aun así pudo mantenerse en la radio a nivel estatal en Radio 1 y a nivel autonómico con la catalana Ràdio 4. El informe de Hacienda denuncia que la remuneración a Jordi González era "superior a la de otros profesionales con prestaciones equivalentes".
Recuerdos y olvidos de Jordi González
Jordi González recuerda casi en cada entrevista que un directivo de TVE le dijo que no iba a poder dedicarse a la televisión por las cicatrices que tenía en la cara, pero olvida los 2,4 millones que se embolsó sin trabajar antes de consolidarse en la fama con los ruidosos y a menudo escandaloso debates de los realities de Telecinco. Ahora tenía un toro para recuperar hueco en TVE, pero La Plaza no ha funcionado pese a contar con Terelu Campos, Mariló Montero, Norma Duval, Judit Mascó, Inés Hernand, Celia Villalobos, Mar Saura, Mabel Lozano, Juncal Rivero, Marta Robles, Samanta Villar, Cristina Fernández, Silvia Tarragona, Ana Bernal-Triviño, Marta Nebot o Susana Uribarri. La guerra de los directos vespertinos (se emiten media docena solo en cadenas nacionales) se ha cobrado su víctima. Y quizá no sea la última.
Funcionarios y sindicatos: las claves de 'La Plaza'
Los dos principales apoyos sindicales de la actual dirección de RTVE, UGT y el Sindicato Independiente (SI), rompieron este verano su silencio cómplice respecto a la presidenta Elena Sánchez y al director de Contenidos José Pablo López, que le encargó las mañanas a una productora privada, La Cometa TV. El Sindicato Independiente dijo ante el nacimiento de Mañaneros que no era "de recibo que nos tengamos que enterar de los planes de produccio?n y modificacio?n de sistemas de trabajo por los medios, sobre todo cuando ello comporta la externalizacio?n de programas". Pero al fin y al cabo, el magacín que presenta Jaime Cantizano funciona, salvo alguna excepción.
"Sabiendo lo sensible que es la franja de la mañana en cuanto a las externalizaciones, entendemos que se debe priorizar que esta franja, aunque sean magazines, se haga por personal propio, y se acuda a la contratación externa de manera excepcional y siempre como apoyo, nunca como desarrolladores de formatos en los que TVE ha demostrado su capacidad y eficacia". Tal ve José Pablo ha querido demostrar, estrellando la tarde con Jordi, que la producción interna no es eficaz.
El responsable de Contenidos de TVE tuvo entonces que firmar a inicios de agosto un acuerdo con UGT y SI y comprometerse a realizar "un paulatino descenso de los niveles de externalización en aquellas áreas donde sea posible". La Plaza es lo que les ha dado de comer pero era un plato envenenado.
RTVE prometió "un nuevo Plan de contenidos y un documento de planificación de la producción" en el que "deberá identificar las propuestas de producción interna planteadas por la Dirección para todos los centros de producción de la Corporación y será sometido, con posterioridad, a la aprobación del Consejo de Administración de RTVE".
Este acuerdo no rubricado por Comisiones Obreras o CGT incluía la puesta en marcha de un magazine vespertino en directo desde el mítico Estudio 1 de Prado del Rey. Y este era La Plaza, gracias al cual López ha demostrado una de sus teorías: que los programas realizados con el 100% de la plantilla de RTVE no son competitivos. Y es que entre algunos directivos de RTVE se cree que algunos de los fijos de la plantilla de la casa "no quieren trabajar", por lo cual es imprescindible complementar medios públicos con productoras privadas que tiren del carro. Ahora José Pablo podrá sacar si lo desea esa carta: 'lo intenté con La Plaza y mira lo que nos ha pasado', podría ser su argumento.