Televisión

Sonsoles Ónega se encara con el abogado de las discotecas incendiadas de Murcia: "¡No diga eso en televisión!"

Durante la emisión de Y ahora Sonsoles, el magacín vespertino de Antena 3, se presenció un tenso momento entre la presentadora, Sonsoles Ónega, y José María Caballero, el abogado del dueño de la discoteca 'Teatre' de Murcia.

Ónega le reclamó a Caballero "un poquito de sensibilidad", dadas las palabras que estaba pronunciando en su intervención, tras el trágico incendio del pasado fin de semana que dejó trece fallecidos.

El representante legal del dueño de una de las discotecas realizó una conexión en directo para defender la postura de su cliente y puntualizar algunas de las declaraciones que se estaban dando en plató: "Mi cliente ahora mismo está consternado por las noticias que se están dando. Ha dicho usted que la división material del inmueble se hizo sin licencia y eso no es así", declaró Caballero.

Sonsoles, no tardó en reaccionar y con actitud molesta le recriminó: "Eso lo dirimirán los tribunales. Para mí la noticia es que hay 13 muertos. Lo otro lo defenderá usted en el juzgado". Acto seguido, el invitado se opuso a estas palabras y pronunció: "Lo defenderé yo y lo defenderá quien corresponda porque lo que nosotros mantenemos es que 'Teatre' ha sido perjudicada".

Estas palabras hicieron que Sonsoles saltase "¡No diga eso en televisión! Porque perjudicado, perjudicado... [son las trece familias de las víctimas, cuyos cuerpos calcinados no han podido ni ser identificados. Permítame que por lo menos le diga eso. Gracias por atendernos".

A Caballero no le sentó bien el discurso de la presentadora y, con dureza, señaló: "Bueno, usted permítame que yo diga lo que crea conveniente. Si usted quiere que yo hable, diré lo que quiera decir. Con las mismas terminamos la entrevista y termina usted la declaración".

"También es mi obligación reclamar un poquito de sensibilidad", apuntó Sonsoles. Caballero, con rostro serio y voz elevada, declaró: "Pues bueno, buenas tardes. Yo digo lo que creo que tengo que decir. Si no les gusta, terminamos la declaración. Adiós, señora [...]. Mi cliente está tan afectado como el que más!.

Antonio Naranjo, que se encontraba en la mesa de actualidad, se metió de lleno en la conversación ante las palabras impasivas del abogado: "¡Lo que hay que oír!", exclamó. "No diga que es el más afectado habiendo trece muertos con sus familias ahí. Está bien que defienda lo que tenga que defender, pero dar lecciones de sentimientos [...], permítame pero yo no se lo acepto".

Caballero avivó la tensión de la situación: "No necesito su aceptación ni autorización para absolutamente nada. Si usted no es cura, no diga misa", sentenció. Naranjo, atónito con lo que estaba presenciando, replicó: "Un poquito de humildad vendría bien. Si fuera yo ya le hubiera dicho que se fuera".

Sonsoles Ónega finalizó la conexión con el abogado agradeciéndole su intervención, y resolvió el tenso capítulo: "Las palabras son importantes y cada uno le da el valor que quiera", apuntó.

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