Montserrat entró en First Dates con un tipo de hombre en mente: maduro, con canas y algo de tripa. "Para mí un hombre sin barriga es como un cielo sin estrellas", comentó la soltera. A Manuel, su cita, le gustan las chicas "con buenas tetas". Aparentemente todo parecía que iba a ir bien en su cena, pero no fue del todo así.
La soltera llegó a First Dates afirmando que viste "muy poca ropa" porque le gusta que se fijen en ella, y que no le ha ido bien en el amor por haberse encontrado a hombres muy celosos. Al verla, Manuel sintió que era el tipo de chica que le gusta, con mucho escote y "muy apretado". A Monsterrat, por su parte, le atrajo que él estuviese "gordito".
Sin embargo, las cosas se torcieron en cuanto se sentaron a cenar. Ambos quisieron saber con qué se ganaba la vida su cita. Monsterrat confesó que era maquilladora pero que quiere abrir su propio salón de estética. Manuel, por su parte, contó que vendía comida italiana en un puesto ambulante. Una revelación que no hizo nada de gracia a la chica, que afirmó que "no podría estar con un hombre que se dedica a eso, no tiene ambición". Ella misma reveló después que necesita que le paguen viajes y le hagan regalos caros "para enamorarse".
Más tarde, al hablar del tipo de personas en las que estaban interesadas, Monsterrat confesó que le suelen gustar los hombres mayores, "de 41 o 42, con panza y canas", como ella misma dijo. Al saber que el padre de Manuel estaba soltero no tuvo dudas: "Si su padre es igual a él yo creo que hay mucha compatibilidad". Una preferencia que marcó el momento de la decisión final, en la que ella rechazó al soltero recalcando una vez más su edad. Manuel también le rechazó, no sin antes decirle que a ella "le va a gustar su padre".