Muchas cosas han cambiado para Carlota Corredera en los últimos meses. Después de ser una de las presentadoras con más trabajo en Mediaset, la gallega desapareció del canal a finales del año pasado y no ha vuelto, ni parece que lo vaya a hacer, desde que la nueva dirección se ha hecho cargo del grupo audiovisual.
Corredera presentó en 2021 la docuserie Rocío, contar la verdad para seguir viva, sobre Rocío Carrasco, y apenas un año después, en 2022, desapareció completamente de la cadena. Regresó, sin embargo, a finales del año para presentar la última gala de Mediafest Nigh Fever, aunque finalmente, el pasado mes, la cadena rompió lazos con ella al retirar su foto de los pasillos.
"Yo sé lo que pasó y por qué no estoy ahí, pero eso hay que preguntárselo a Mediaset. A lo mejor yo soy la primera pieza que no encaja en eso que llaman código ético", confiesa ahora, un mes después, en una entrevista para El País.
Autocrítica y determinación
Sobre las nuevas 'normas' de Mediaset, la gallega se sigue manteniendo firme: "No sé si se debe opinar de política, pero que debe hacerse con perspectiva de género, rotundamente sí. El entretenimiento tiene la misma responsabilidad social que los informativos", considera días después de reconocer haber hecho "cosas atroces" estando al frente de Sálvame.
Sobre la docuserie de Rocío Carrasco, Corredera admite que "gestionamos mal el programa". "Teníamos una información importantísima que transmitir, y se trató como un tema del corazón cuando no lo era. Debimos dejar hablar solo a los expertos y a las expertas, porque en algo así no puede haber bandos. Los derechos humanos no se cuestionan", comenta.
En cualquier caso, la periodista reivindica el trabajo que ha hecho en Telecinco. "No me puedo arrepentir de algo que he elegido voluntariamente, de haber podido hablar en horario de máxima audiencia de la violencia de género y de feminismo. Aunque me ha costado mi puesto en Mediaset y en la tele". Una postura que ya subrayó hace unos días en una entrevista para ABC: "Yo he estado hecha añicos por tener voz propia, por hablar de feminismo, pero no me van a callar".