Televisión

Vamos a morir todos: cómo ven en Mediaset su tragedia de audiencia sin Vasile ni Jorge Javier

España puede sobrevivir sin la droga del universo Sálvame, cuyo último vestigio terminó este viernes con la despedida del Deluxe, y perdiendo la batalla de la noche contra un refrito de Tu cara me suena. Pero, tres semanas después del adiós del magacín vespertino, Mediaset lo está pasando regular tirando a mal. Los índices de audiencia de Telecinco acusan la debilidad de sus contenidos. Hemos preguntado y los nervios entre los trabajadores están a flor de piel, hay dudas e incertidumbre, la sensación de que nada funciona y de que será largo y tortuoso el camino no ya para recuperar el liderazgo sino para parar la caída. Algún directivo sin embargo, resta importancia a la situación.

La serie Mía es la venganza dejó de grabarse, ahora ha sido retirada de Telecinco ante el desastre y no les queda otra opción que llenar esa hora con el programa de Sandra Barneda, que amplía su duración de este lunes y pelea por lograr un 9% de audiencia. Este viernes apenas pasó del 8%.

La tarde ha perdido tres puntos de media (la tendencia es seguir cayendo), el prime time se tambalea fracaso tras fracaso, con estrenos que decepcionan y, salvo las mañanas de Ana Rosa Quintana (que sin ella no marca los datos de antaño), y Supervivientes, ya terminado, todo va mal. El verano se presenta complicado y el otoño llega sembrado de incertidumbre.

Tragedia en sobremesa

Mediaset quería cambiar las tonalidades de su franja vespertina y es por ello que Paolo Vasile, antes de jubilarse, encargó un serial diario a su showrunner de cabecera, Aitor Gabilondo, que había demostrado su pericia en Vivir sin límites, Entrevías, El Príncipe o Patria.

Pero Mía es la venganza arrancó con el pie torcido, hecho que se evidenció cuando se vieron obligados a volver a grabar tramas enteras. Del proyecto salió su creadora, Aurora Guerra, y las audiencias no les acompañaron desde el principio. Con 100 capítulos grabados Mediaset decretó el parón y envió el producto a galeras (Divinity) para decepción de su protagonista, Lydia Bosch, que sostiene que la serie tiene una calidad invisible para la mayoría de espectadores televisivos.

"Lo dije y lo mantengo. Dije que era una serie buenísima, y que si se le daba tiempo, era un niño que necesitaba crecer. Con tiempo sería una serie que gustaría a todos los espectadores. El tiempo no lo hemos tenido", lamenta la protagonista de Médico de familia, que se resigna ante la emisión de la serie en Divinity hasta octubre: "Ha sido un placer, no sabemos qué va a suceder y quién sabe. De aquí a octubre pueden pasar muchas cosas, a lo mejor luego ése no es el final y continuamos y si no tiene que ser así se terminará con este capítulo que hemos grabado y hay un cierre acorde a todo".

Decepción en las tardes

Para este viaje no hacían falta tantas alforjas: la precipitada cancelación de Sálvameadelantada por este digital, y la imposibilidad de que Ana Rosa Quintana rompiese sus vacaciones llevaron a los responsables de Mediaset a estrenar un proyecto estival que no ha conquistado la audiencia. El programa de Banijay liderado por Sandra Barneda no alcanza el 10% de share en sus mejores días mientras que Sálvame rebasaba el 13% en pleno proceso gripal.

Bisutería en prime time

Telecinco quiere explorar la gama cromática entera tras haber abusado del rosa y el amarillo y está tanteando productos de entretenimiento "blanco y familiar", que dicen los expertos, en horario de máxima audiencia. Pero estos productos no han aterrizado con buen pie. '¡Allá tú!' se estrenó con un 12,3%, '¡Vaya vacaciones!' cayó al 10,5% tras su primera entrega y el formato estrella del verano, 'Me resbala', se ha desplomado hasta el 9%. El programa Sin Filtros, de Cristina Tárrega, hundió la noche del sábado hasta el 7% y no será renovado.

Septiembre en manos de 'GH VIP' y Ana Rosa

Es casi imposible que Telecinco resucite este verano y todas las esperanzas de Mediaset España pasan por remontar en otoño. Si no lo hacen, Alessandro Salem tendrá que explicar su gestión tras la fallida revolución blanca de la casa que mató a 'Sálvame' sin un plan b consistente.

Las ilusiones otoñales de Telecinco pasan por 'TardeAR', que mostrará la fortaleza o debilidad del programa de su expupila Sonsoles Ónega, que sigue sin despuntar pese al desgaste de las tardes de Telecinco. Ana Rosa Quintana ha despertado algunas antipatías por el hecho de relevar a 'Sálvame', de cuyo equipo la ex reina de las mañanas dijo que "la gente se acaba colocando en otros sitios porque tiene muchísimo talento, pero los programas no son eternos y a todos nos va a pasar algún día".

Las noches

En las noches de Mediaset la clave volverá a ser 'Gran Hermano VIP', que antes siquiera de estrenarse con Marta Flich de presentadora tendrá que superar el lastre del formato, el abuso sexual que sufrió Carlota Prado. Este escándalo podría invitar a muchos anunciantes a no colocar sus spots en el reality show en pleno proceso de blanqueo de marca.

Otras ofertas de la compañía serán las nuevas temporadas de 'La que se avecina' o 'Entrevías', una nueva edición de 'Supervivientes' (que cambia de productora) o nuevas entregas del espacio 'Got Talent'.

¿Qué dicen en Mediaset de todo el desastre post-Sálvame?

Fuentes de la compañía de la familia Berlusconi consultadas por Informalia restan importancia a la situación. "No nos jugamos tanto dinero en verano", argumenta un importante directivo de Fuencarral, "y menos por unas pocas décimas", dice en referencia a la importante brecha abierta con Antena 3 y con La 1 pisándoles los talones. Asimismo, justifican, a pesar de los malos datos, su decisión de eliminar de la parrilla el universo Sálvame y resaltan que los resultados empresariales son buenos: "Ganamos más dinero que Atresmedia, y nosotros no repartimos la publicidad con nuestros presentadores", se defienden en Mediaset, disparando contra Pablo Motos y el acuerdo que mantiene con la cadena de Planeta el productor y presentador de El Hormiguero.

Desde Fuencarral explican que la prioridad era "descontaminar" la imagen de la cadena, inevitablemente asociada a Jorge Javier Vázquez y su personal estilo, y reiteran que "la audiencia va y viene". También se busca "una mayor pluralidad" en los Informativos, "en los que tienen que estar todos", nos dicen. "Esta no puede ser la cadena de Pablo Iglesias", añaden las mismas fuentes. Respecto a un posible cambio de caras, explican que "no es cuestión necesariamente de cambiar a Pedro Piqueras o Juan Pedro Valentín sino de abrirnos a que esté todo el mundo, de cualquier ideología". La audiencia de los informativos, aseguran, "depende de lo que vaya antes y después", y por eso adelantan que tendrán que encontrar los programas que envuelvan "con eficacia" los espacios de noticias, recordando el Pasapalabra que perdieron en favor de Antena 3 y que para muchos fue el principio del fin de la era Vasile, cuando las audiencias comenzaron resquebrajarse y cayeron como un castillo de naipes, a la vez que Rocío Carrasco (ahora vetada) y la segunda temporada de su docudrama espantaban a buena parte de los espectadores. 

No cabe duda de que en los próximos meses habrá movimientos importantes en la cúpula de Mediaset, según nos advierten, tanto si funcionan los cambios previstos para el otoño como si no. Desde Italia, la muerte del patriarca supone la división del capital que maneja el gigante audiovisual. Ahora, los herederos pueden decidir si quedarse o vender. Los hijos de Il Cavaliere están de acuerdo en que España debe mandarles buenas sacas de dinero: si no les parece suficiente, moverán ficha. En Madrid dicen que "los resultados de 2023 serán buenos", gracias a un control de gastos eficaz pero cuando preguntas por cómo influye en los ingresos la pérdida de audiencia, la respuesta es más o menos ésta: Paso palabra.

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