Televisión

¿Por qué acaba 'Sálvame'? Mediaset apaga su motor de contenidos y audiencia de los últimos 14 años y estos son los motivos

23 de junio, tarde de San Juan, segundo aniversario de la muerte de Mila Ximénez y 70 cumpleaños de Paolo Vasile, exconsejero delegado de Mediaset y el principal valedor de Sálvame, el programa que termina para siempre después de 14 años siendo el motor del contenido de Mediaset y también uno de sus grandes generadores de audiencia.

Este viernes es el día elegido por la nueva dirección de la cadena para cerrar un programa que ha marcado una época, con sus luces pero también con sus muchas sombras, en la televisión. Creador de un estilo (y lenguaje) que ha sido imitado en otros programas y cadenas, Sálvame ha promovido un universo de personajes propios y tramas inacabables del que ha bebido Mediaset desde 2009, cuando el programa comenzó como un experimento alocado de late night que acabó acaparando buena parte de la parrilla de Telecinco. 

El final de Sálvame, adelantado el 5 de mayo por Informalia, no ha estado exento de polémica -el programa lleva semanas contestando desde dentro a la cadena- y abre una época de gran incertidumbre en Telecinco. Se quita de encima al más polémico de sus programas, sí, pero también al que sigue siendo uno de los principales pilares de su frágil parrilla. Entonces, ¿por qué Mediaset ha decidido cancelar Sálvame?

Tan cierto es que Sálvame no está en su mejor momento de audiencia -ha caído cinco puntos en dos años- como que sigue siendo uno de los programas con mejor rendimiento dentro de una televisión en crisis donde casi nada funciona, a excepción de Supervivientes y Ana Rosa por las mañanas. De hecho, como hemos analizado, Sálvame es el formato más competitivo de las tardes y el único capaz de superar con creces el doble dígito, mientras que Mía es la venganza, 25 palabras y Reacción en cadena se desangran. 

Hay muchos factores que se pueden analizar en la decisión de cancelar Sálvame, más allá de su evidente bajón de audiencia que puede considerarse lógico por el desgaste que sufre un programa que lleva 14 años en antena. Por un lado, la nueva dirección de Mediaset ha querido escenificar su ruptura con la etapa de Vasile eliminando el programa que probablemente más defendió -y lo sigue haciendo- el anterior consejero delegado de la cadena. Era el buque insignia de esa televisión provocativa que tanto defendió. 

La nueva dirección de Mediaset, en cambio, está realizando una enmienda a la totalidad a la gestión de Vasile. Quiere crear un nuevo estilo de televisión más blanco y menos polémico sujeto a un código ético que ha supuesto el veto a una serie de famosos que durante años fueron el eje de la programación de Telecinco, como Rocío Carrasco. De centrar los contenidos en su documental, a estar vetada por completo. 

Volantazo ideológico 

La decisión de eliminar Sálvame y situar en su lugar a Ana Rosa Quintana también tiene una lectura política. El programa de Jorge Javier, y el propio presentador, siempre se ha posicionado del lado de la izquierda, tanto del PSOE como de Podemos. "Este es un programa de rojos y maricones", llegó a decir el presentador, que habitualmente disparaba contra Ayuso y otras figuras del PP. Ana Rosa, en cambio, es el azote del Gobierno de coalición desde su programa en las mañanas de Telecinco. Este giro hacia la derecha, sobre el que el propio Jorge Javier bromeó, tampoco se puede obviar.

En cualquier caso, Alessandro Salem, nuevo CEO de Mediaset, explicó en El País que "no hay connotaciones políticas" en la decisión de cerrar Sálvame. "Es un gran programa pero tenemos el deber de empezar a cambiar", dijo. De hecho, especificó que el nuevo programa de Ana Rosa no hablará de política. "No habrá política. Absolutamente no. Ningún tipo de tertulia política". Veremos, a partir de septiembre, si la presentadora es capaz de esquivar estos temas y morderse la lengua cuando haya temas de actualidad políticos.

Una guerra de productoras tras el final de 'Sálvame'

El final de Sálvame y la elección de Ana Rosa también hay que analizarlo desde un punto de vista empresarial. A estas alturas no podemos olvidarnos de la guerra de productoras que durante años han mantenido La Fábrica de la Tele (Adrián Madrid y Óscar Cornejo) y Unicorn Content (Ana Rosa Quintana), cuyo punto más crítico se produjo durante la emisión del documental de Rocío Carrasco. La primera, investigada en la trama de la 'Operación Deluxe', pierde sus programas más importantes y su presencia en Mediaset se queda reducida a Socialité y Todo es mentira. La segunda, en cambio, pasa a acaparar buena parte del programación: toda la mañana, la tarde y otros programas como La vida sin filtros que presentará Cristina Tárrega.

El otro gran trozo del pastel, como hemos analizado, va para el gigante Banijay, que de entrada producirá las nuevas tardes de Telecinco para el verano y también se hará cargo del sustituto del Deluxe. El grupo francés también estará presente en Mediaset a través de La isla de las tentaciones, Me resbala, Allá tú, Vaya vacaciones y GH VIP.

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