Televisión

Jorge Javier Vázquez, hundido por el final de 'Sálvame', se niega a hacer televisión blanca: "Para eso me quedo en casa"

El final de Sálvame ha supuesto un terremoto televisivo que ha dejado en shock a todos. El primero Jorge Javier Vázquez, que reconoce estar de "bajón" desde que sabe que "chapan" el programa que presenta desde hace 14 años en Telecinco. El presentador está hundido. "Sentir que voy a tener todo el tiempo del mundo me da ansiedad", admite. "A lo largo del día estoy a punto de echarme a llorar en varias ocasiones".

Jorge Javier se atreve a analizar las dos posibles causas del final de Sálvame, al menos las que más se han comentado estos días. "Unos señalan a Rocío Carrasco como la destructora de Sálvame. Yo solo sé es una de las grandes cosas que me ha regalado este programa es conocerla. Hablamos casi todas las mañanas", dice en su blog de Lecturas.

"Otros aseguran que me lo cargué yo el día que exclamé 'Rojos y maricones", recuerda en referencia a la tarde en la que silenció a Antonio Montero cuando el colaborador criticó a Pablo Iglesias. "Es necesario señalar que todos aquellos que sostienen semejante teoría tienen una ideología política totalmente contraria a la mía", explica. "Gente de bien. Pero luego el sectario soy yo". 

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Jorge Javier no quiere hacer televisión blanca: "Para eso me quedo en casa"

Jorge Javier Vázquez, que ha revelado haber recibido llamadas de Pedro Sánchez y otros políticos tras anunciarse el final de Sálvame, presume haber hecho "historia" en televisión con este programa y aprovecha para destacar el trabajo del equipo del programa y de los colaboradores. "El más flojo de los nuestros es mejor que el 80% de los que trabajan en estos momentos en televisión", dice Jorge Javier, que desconoce qué va a ser de su futuro televisivo.

Solo tiene clara una cosa. "Para hacer televisión que produzca el mismo efecto que un vaso de agua del tiempo, pues me quedo en casa. No creo en la televisión blanca. Me aburre soberanamente. Me aburre que me mata. Me aburre hasta decir basta", indica. "Eso no es televisión. Es un salón de té repleto de comensales esperando que anochezca".

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