Eurovisión introduce importantes cambios en las reglas que tienen que ver con el sistema de votación de las semifinales y la final de este concurso que celebrará su próxima edición en Liverpool, la ciudad que lo acogerá en 2023 por no poder celebrarse en Ucrania a causa del conflicto bélico desatado por Putin hace unos meses.
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A partir de ahora, el voto del jurado profesional no contará en las semifinales. En las dos galas previas que sirven de criba para elegir a los finalistas solo computarán los votos de los telespectadores, que podrán realizarse a través de llamadas de teléfono o SMS. Es decir, el público y solo el público decidirá qué países pasan a la gran final de Eurovisión.
El voto del jurado sí computará en la final. En ese caso, como ocurre hasta ahora, la opinión de los expertos de cada país tendrá un peso del 50% y se unirá a los puntos que otorgan los espectadores, que supondrá el otro 50%.
El cambio más importante, sin embargo, tiene que ver con la decisión de que, por primera vez en la historia, voten los espectadores de cualquier parte del mundo aunque su país no participe en Eurovisión, algo que no era posible hasta ahora. Esa votación universal podrá hacerse a través de una plataforma online en la que los eurofans deberán registrarse con una tarjeta de crédito. El resultado computará como un único país y será válido tanto en la semifinal como en la final.
Por último, Eurovisión también introduce cambios en su sistema para rectificar las posibles irregularidades en las puntuaciones. Si la organización sospecha de que el voto del jurado de un país está adulterado en la final, el festival permitirá que el resultado del televoto valga el doble. Anteriormente no ocurría así, sino que Eurovisión elaboraba un resultado ficticio en base a la puntuación que hubieran dado los jurados de la misma zona geopolítica.