Gloria (Najwa Nimri) se traslada a vivir con su familia al barrio de Fuente del Berro de Madrid. Forja una amistad con otras madres de la zona en una relación de vecindad cosida a base de buenas formas y falsas apariencias. Los lazos son débiles y comienzan a deshilvanarse cuando un factor externo entra en juego. La llegada de una nueva madre (Alba Flores) y su acompañante (Álex García) desestabiliza la entente cordiale que permitía a las vecinas mantener ese pacto de no agresión, aunque todas saben que ocultan algo tras las puertas de su casa.
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Sagrada familia es la nueva serie española que Netflix estrena este viernes -ocho capítulos de unos 35 minutos cada uno que se ven de una tacada- dirigida por Manolo Caro, uno de los creadores que la plataforma tiene contratado en exclusiva. Su nueva producción es absolutamente fiel al estilo, tono y universo del mexicano, pero afortunadamente se parece más a la exitosa La casa de las flores que a los otros dos intentos fallidos que tuvo posteriormente: Alguien tiene que morir y Érase una vez... pero ya no.
"Sagrada familia es una reinvención de la telenovela", nos explica Najwa Nimri. "Manolo Caro ha hecho magia. Un thriller que parece que no es thriller", dice la actriz sobre este oscuro melodrama -con toques luminosos- que juega con la maternidad y las relaciones familiares para desencadenar una lucha a través de las falsas apariencias y las vidas fingidas de sus protagonistas. "Es una cosa solo de él que consigue tenerte atrapado durante toda la temporada", añade Nimri. Y es cierto, al espectador le puede costar diez minutos 'comprar' el universo Caro, pero cuando entras en la trama, ya no puedes salir. "Lo tenía muy preconcebido y lo rodó con total precisión". Atención, por cierto, a los tiros de cámara y a la excepcional escenografía.
Carla Campra (Feria) e Iván Pellicer (Paraíso) completan la familia, llena de misterio, de Nimri. "Aprendí mucho de Najwa y me gustó mucho cómo me hablaba. Me agarró de la mano, me hacía sentir que no estaba solo", explica Pellicer, que veía a la actriz con "respeto" a raíz de "los personajes que ha hecho" anteriormente. "Yo soy actriz de actores. Si mis compañeros van bien y estamos entonados, el rodaje es una maravilla", declara Nimri. En el caso de Pellicer, también pasó horas de rodaje con Álex García, con quien tiene una apasionada relación que acaba siendo el detonante -el amor, siempre- de muchas de las cosas que ocurren en la serie.
"No sabía que los personajes y las series lo iban a petar"
Ella Kweku (Now and then), Macarena Gómez (La que se avecina) y Álvaro Rico (Élite) también forman parte de un reparto en el que destaca la presencia de Alba Flores, que se reencuentra con Najwa Nimri después de Vis a vis y La casa de papel, las dos grandes series que han disparado su popularidad desde hace un tiempo.
"En los últimos cinco años he rodado mucho", reconoce Najwa. "Yo venía de hacer cine, pero rodar tan seguido en series me puso un nivel de presión encima que me ha permitido aprender mucho", reconoce. "Las series me han dado callo. También me han dado a conocer a un público nuevo, pero eso yo no lo sabía. No sabía que los personajes y las series lo iban a petar", comenta. "En estos años me he encontrado con una dinámica de trabajo tan heavy... Yo es que no tenía callo. Tenía cierto método pero no había currando lo suficientemente seguido como para coger profesión", cuenta. "Ahora puedo dar consejos, incluso", bromea Nimri, que recuerda que "trabajar en series es un trabajo duro. Hasta mi propia familia, cuando les explico mi trabajo... la gente no termina de entender nuestro trabajo", lamenta.
Aunque la situación laboral de Najwa le ha permitido encadenar varios éxitos, este no es el panorama habitual de los actores. "La gran mayoría no tienen trabajo. Que varias series españolas hayan tenido éxito internacional, no significa que todos los actores trabajen".