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El efecto Chanel: por qué España tiene opciones reales de ganar Eurovisión por primera vez en años

Nadie sabe qué pasará el próximo 14 de mayo en la final de Eurovisión, pero hay un hecho objetivo: hace décadas que España no era una de las grandes favoritas para ganar y eso ha permitido crear un clima que hace pensar que la victoria puede suceder. Y esa es la noticia, porque resulta extraordinario si recordamos que las candidaturas de RTVE han firmado en los últimos años llamativos fiascos que han desilusionado al público general, más allá de los fieles eurofans.

Chanel tiene opciones reales de ganar. Y, obviamente, muchas más de perder. Es una perogrullada, sí, porque perfectamente puede acabar segunda, quinta... solo vence uno y para conseguirlo se tienen que alinear muchos factores. En cualquier caso, parece que esta vez estaremos en lo alto de la tabla y, quién sabe, podríamos aspirar a algo grande. Hacía años, décadas probablemente, que no había una candidatura tan bien armada y posicionada que hiciera soñar a los seguidores del festival. Y no podemos contar con el hype interno que vivimos con Rosa López (2002) o con Alfred y Amaia (2018). 

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A una semana para la final, Chanel es quinta en las casas de apuestas, un ranking bastante fiable pero no definitivo. Podríamos dar por hecho que el Top 10 está asegurado, pero la candidatura de España debe aspirar a estar más arriba, peleando con Reino Unido -el candidato que más está subiendo-, Suecia, los anfitriones de Italia o Ucrania, que ocupan la primera plaza de las encuestas en buena parte beneficiados por la situación actual de su país. ¿El público les votará solo para enviar un mensaje a Rusia? ¿Y el jurado?

De las cinco mejor posicionadas, Chanel se desmarca representando un concepto que se podría definir como 'eurodiva'. Canta y baila con un hit, SloMo, que mezcla ritmos latinos y urbanos, algo que suele ser habitual en Eurovisión pero que, por suerte, este año no ha generado una alternativa real a la española. En lo suyo, ella es la mejor. Otra cosa es que Europa prefiera aupar otro estilo más contenido. En 2021 ganó el rock y antes lo había hecho una balada al piano. ¿Qué toca este año?

La candidatura de Chanel causó buena sensación internacional desde su elección en el Benidorm Fest. Aunque en España llamó más la atención la polémica de aquel certamen, las acusaciones de tongo y las críticas de los que preferían ir a Eurovisión con Rigoberta Bandini o Tanxugueiras, lo cierto es que eurofans de otros países no tardaron en considerar la propuesta que España iba a llevar a Turín. Chanel comenzó a subir en apuestas (desde el puesto 10) y lleva semanas instalada en el Top 5.

El furor se ha mantenido durante sus primeros días de la artista catalana en Eurovisión, cuando pisó por primera vez el escenario para comenzar los ensayos. Estas jornadas suelen ser definitivas para confirmar que lo que parecía una propuesta fuerte tiene opciones de ganar. Y así ha sido. Esto no asegura nada, pero el suflé de Chanel no se ha desinflado, sino todo lo contrario. 

Este sábado, la cantante actuó por segunda vez en el escenario de Turín y las sensaciones fueron muy buenas entre las delegaciones y medios internacionales. De hecho, Chanel está en boca de todos: sus colegas siempre la mencionan como una de las favoritas y la prensa extranjera cuentan con ella cuando hacen sus apuestas. Eso no asegura nada, pero hay un clima de posible ganadora.

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Eurovisión se gana en el escenario, pero todo suma. El carisma que Chanel está demostrando en las ruedas de prensa con los periodistas acreditados ha alimentado la expectación, del mismo modo que lo hizo su aparición en la fiesta de bienvenida que Turín organizó este domingo, cuando la representante de RTVE se convirtió en una de las grandes estrellas luciendo un vestido rojo con lunares y una inmensa bata de cola que eclipsó al resto de invitados. Pisó la alfombra turquesa una de las últimas y su imagen, que dio la vuelta a Europa, era una forma de recordar quién era y a qué país representaba. Lo mismo ocurrirá el sábado, cuando aparezca en el escenario con un 'traje de luces' en forma de mono y torera con 50.000 brillantes incrustados. Solo ese día sabremos si el La, la, la tiene sucesora en forma de Mo, mo, mo

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