Los espectadores que estén viendo la segunda temporada de Los Bridgerton asisten a una tensión sexual que se alarga durante ocho capítulos y que solo culmina casi al final. Las escenas de cama son mucho menos habituales que en la primera temporada y lo mismo ocurre con las imágenes de desnudos (aunque sí hay alguna). Pero, ¿por qué este cambio?
"Lo que pierdes en las escenas de sexo lo ganas en una comprensión humana más profunda, que con suerte enriquece el universo para que las futuras escenas de intimidad no tengan tanto peso y no tengas que apoyarte tanto en ellas", explica Jonathan Bailey, el protagonista de la segunda temporada de Los Bridgerton.
Bailey es Anthony Bridgerton, el primogénito de la familia que debe encontrar una joven casadera que se convierta en vizcondesa. Aunque comienza un romance con Edwina Sharma, lo cierto es que se enamora perdidamente de su hermana mayor, Kate Sharma (Simone Ashley). Estamos, por lo tanto, ante un amor imposible que desata una tensión que por momentos se convierte en absolutamente desesperante. Y ahí, seguramente, es donde reside el acierto de la segunda temporada.
"Está bien sorprender a la audiencia y mantenerlos un poco alerta", apunta Bailey en una entrevista que ha concedido a USA Today sobre una sequía sexual que solo encuentra solución casi al final de la segunda temporada, cuando Anthony y Kate dan rienda suelta a su pasión para poner patas arriba el orden familiar. "Habría estado mal que Kate y Anthony se hubieran hecho un examen físico antes de lo que lo hicieron", comenta.
"Nunca hacemos una escena de sexo por hacer una escena de sexo"
En este mismo sentido se expresa uno de los máximos responsables de Los Bridgerton. "Nunca hacemos una escena de sexo por hacer una escena de sexo, y nunca lo haremos. Todas las escenas íntimas tienen un propósito mayor", apunta Chris Van Dusen, creador de la serie de Netflix, una de las más exitosas de la plataforma.
Por otra parte, Bailey ha hablado de lo que supone llevar el peso de un personaje protagonista como Anthony para él, que es abiertamente gay. "Es emocionante poder meterme en un papel que posiblemente antes no sentía que estuviera disponible", afirma el actor, que espera que sirva de inspiración para otros actores. "Con suerte, Anthony Bridgerton será una referencia brillante para cualquier actor joven queer".