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Shakira y Piqué venden una de sus mansiones en Esplugas y avanzan en el reparto de su patrimonio

Shakira y Piqué cuando eran felices juntos

Tres años después de anunciar su sonada separación, Shakira y Gerard Piqué han logrado desbloquear uno de los asuntos más complicados que arrastraban desde entonces: la venta de parte del complejo residencial que compartieron en Esplugas de Llobregat. Según ha trascendido, la primera de las tres viviendas que conformaban el conjunto ya ha cambiado de manos por algo más de tres millones de euros. El movimiento, avanzado por el diario ABC, supone el primer paso en el proceso de disolución patrimonial de la cantante y el ex futbolista.

El lote de propiedades fue adquirido durante su relación, con la intención de transformarlo en un gran complejo familiar interconectado. Allí convivían no solo la cantante colombiana y el exfutbolista junto a sus hijos, Milan y Sasha, sino también los padres de Shakira y personal de servicio. Sin embargo, el ambicioso proyecto quedó a medias: la tercera casa, que debía reformarse para unirse al resto, nunca llegó a completarse tras la ruptura de la pareja en junio de 2022. Esa misma vivienda es la que finalmente se ha vendido de manera independiente, marcando el inicio del desmantelamiento de lo que un día fue un símbolo de unión.

Las otras dos residencias, consideradas las principales, continúan a la venta por un precio conjunto de 10,99 millones de euros. Se trata de propiedades de lujo con más de 700 metros cuadrados construidos, distribuidos en seis dormitorios, cinco baños, piscina interior y exterior, gimnasio, sala de juegos, estudio de grabación y amplias terrazas. Todo ello rodeado de un jardín con riego automático y gestionado por un sistema de domótica de última generación.

La vivienda principal, diseñada por la arquitecta Mireia Admetller y levantada en 2012, ocupa una parcela de 3.800 metros cuadrados repartidos en tres plantas y dos niveles subterráneos. Allí se ubican la bodega y un amplio garaje. El diseño estaba pensado para convertirse en un espacio funcional, elegante y familiar, aunque hoy permanece vacío y a la espera de comprador. Pese al atractivo del conjunto, la operación avanza lentamente. Inmobiliarias de la zona reconocen que el precio de salida resulta elevado incluso para un área exclusiva como Esplugas. A ello se suma la discreción con la que se está gestionando la venta: no hay anuncios en portales ni carteles en agencias, ya que la operación está bajo control de una sociedad administrada por Joan Piqué, padre del exjugador del FC Barcelona. Todo se maneja a través de intermediarios de confianza, lo que añade hermetismo y reduce la visibilidad del proceso.

La casa de los Piqué, aún en pie

Junto a las tres mansiones se encuentra otra vivienda vinculada a la familia: la casa que Gerard Piqué compró en 2013 para sus padres, Joan Piqué y Montserrat Bernabéu. Con 625 metros cuadrados, esta propiedad no forma parte de la venta. Su notoriedad creció en enero de 2023, cuando Shakira colocó en su balcón una figura de bruja mirando directamente hacia la casa de sus exsuegros. El gesto coincidió con el lanzamiento de la BZRP Music Session #53, un tema en el que la artista ironizaba sobre su ruptura y mencionaba a la familia de su expareja.

La venta de esta primera vivienda se produce mientras Shakira y Piqué siguen caminos separados tanto en lo personal como en lo profesional. La cantante, instalada de forma definitiva en Miami con sus hijos, atraviesa un momento de resurgimiento artístico. Su gira internacional Las mujeres ya no lloran, iniciada en 2025 en Brasil, se ha convertido en uno de los grandes eventos musicales del año, consolidando su regreso al primer plano tras la ruptura. Piqué, por su parte, centra sus esfuerzos en Kosmos, la empresa con la que impulsa distintos proyectos deportivos y de entretenimiento. Aunque mantiene viajes frecuentes a Estados Unidos para cumplir con el régimen de custodia compartida, su vida se desarrolla en Barcelona. Su relación con Clara Chía Martí también se ve condicionada por la exposición mediática y, según se ha comentado, por la distancia con los hijos del exfutbolista, quienes no terminan de aceptar la presencia de la joven en la vida de su padre.

La venta de esta tercera casa simboliza el desmantelamiento de un proyecto común que ya no existe. Durante años, aquel complejo fue el hogar de una familia y la imagen de una vida en pareja que parecía sólida. Hoy, en cambio, representa un capítulo cerrado, marcado por conflictos y desencuentros que trascendieron a la opinión pública. En los próximos meses las dos mansiones restantes encontrarán comprador y se completará así la liquidación de uno de los patrimonios más comentados de la crónica rosa. De lograrse, Shakira y Piqué pondrían punto final —al menos en lo material— a una historia que combinó éxito, fama, amor y ruptura ante los ojos del mundo.

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