La larga batalla judicial entre Arantxa Sánchez Vicario y su exmarido, Josep Santacana, ha sumado un nuevo capítulo. Un juez de Barcelona ha ordenado el embargo preventivo y el precinto del yate RA, una embarcación de 25 metros de eslora vinculada a Santacana, como medida para garantizar el pago de más de seis millones de euros de responsabilidad civil.
La historia de este barco, sin embargo, comenzó mucho antes de esta resolución. A finales de 2017, Santacana presentó en los juzgados de Miami la demanda de divorcio de la extenista. Pocos meses después, a comienzos de 2018, Sánchez Vicario, ya consciente de que la ruptura podía suponer la pérdida de lo poco que aún compartían en Barcelona, fijó su atención en un bien muy concreto: el yate RA, entonces atracado en el Puerto del Fórum.
La exnúmero uno del tenis mundial, que ha retomado el contacto con su familia tras años de distanciamiento, les pidió que comprobasen si la embarcación seguía allí. Hasta ahora, según Vanitatis, el barco permanecía amarrado. Sin embargo, tras hacerse pública su ubicación, el RA desapareció a los pocos días y su rastro se perdió.
Siete años más tarde, la justicia lo ha localizado. Según el auto del Juzgado de lo Penal número 25 de Barcelona, el yate se encuentra actualmente en el puerto de Rosas, en la Costa Brava, y es propiedad de Santacana a través de una compleja red de sociedades interpuestas.
Condena por alzamiento de bienes
La jueza recuerda en su resolución que Santacana fue condenado como cooperador necesario de un delito de alzamiento de bienes e insolvencia punible grave. Se refiere así al proceso abierto por el Banco de Luxemburgo contra la pareja. Aquella causa concluyó con un acuerdo: Sánchez Vicario evitó la prisión, mientras que Santacana recibió una pena de tres años y tres meses de cárcel y la obligación de pagar 6.620.127,60 euros de responsabilidad civil.
En octubre de 2021, Santacana fue declarado insolvente. No obstante, según el tribunal, sigue siendo titular del RA mediante la sociedad Blue Moon Marine Services LLC, radicada en Florida, cuyas acciones estarían en manos de un testaferro, Jonathan Eckhard. Además, la embarcación está hipotecada por otra sociedad vinculada al empresario, All Reserve LLC, y se encuentra actualmente a la venta.
Medidas judiciales
El auto, fechado el 8 de mayo de 2025, no identifica expresamente al solicitante de la medida, aunque todo apunta al Banco de Luxemburgo. La jueza decreta el embargo preventivo del yate como garantía del pago de la deuda y ordena su precinto inmediato: no podrá salir del puerto ni ser desplazado, y el acceso quedará limitado a personas autorizadas por el juzgado.
La resolución también extiende el embargo a las participaciones de All Reserve LLC y Blue Moon Marine Services LLC, así como al crédito que la primera mantiene contra la segunda. Este movimiento busca bloquear cualquier maniobra que pueda dificultar el cobro de la responsabilidad civil.
Un activo disputado en España y EE. UU.
El caso evidencia el entramado societario que Santacana mantiene en Miami, un aspecto clave no solo en el procedimiento penal español, sino también en el proceso de divorcio abierto en los tribunales de ese condado estadounidense. Allí, Sánchez Vicario intenta probar lo que ya acreditó en España: que su exmarido administró su patrimonio y lo hizo desaparecer mediante operaciones opacas.
En territorio español, la extenista está representada por el abogado penalista Borja Vives Iborra. Santacana, por su parte, cuenta con la defensa de Juan Segarra, del despacho de Pau Molins. El objetivo de Sánchez Vicario es arrojar luz sobre la gestión económica de su exmarido y recuperar parte de los ingresos obtenidos durante su exitosa carrera profesional, aunque la condena contra Santacana todavía está pendiente de un recurso de casación ante el Tribunal Supremo.
Un barco con historia
El RA, construido en 1989, es considerado casi una pieza vintage, aunque su valor dista de ser simbólico. Entre la compra y una posterior remodelación, la entonces pareja invirtió cerca de un millón de euros, que según la extenista procedían de su patrimonio personal.
A comienzos de 2018, ya separada de hecho y convencida de que su esposo la había dejado sin bienes, Sánchez Vicario recurrió a su familia para intentar recuperar el barco. Sin embargo, tras publicarse su ubicación, el yate zarpó y desapareció de la vista pública… hasta este año, cuando la jueza lo localizó en la Costa Brava y ordenó su embargo.