Malas noticias para Justin Timberlake (44). El artista ha anunciado este jueves que padece Lyme, una enfermedad infecciosa que se contrae por la picadura de una garrapata. "He estado batallando con algunos problemas de salud y fui diagnosticado con la enfermedad de Lyme. No lo cuento para que os sintáis mal por mí, sino para arrojar algo de luz sobre lo que he estado enfrentando detrás de cámaras", ha desvelado el cantante estadounidense a través de su perfil de Instagram.
Asimismo, en su escrito, Timberlake ha confesado cómo se sintió cuando le diagnosticaron la mencionada enfermedad. "Me quedé en shock. Pero, al menos, podía entender por qué estaba en el escenario: quizás con un fuerte dolor nervioso, una fatiga extrema o simplemente sintiéndose enfermo", ha asegurado.
También ha revelado que se planteó dejar los escenarios, pero finalmente decidió continuar. "Me enfrenté a una decisión personal. ¿Dejar de hacer giras? O, sigue y averígualo. Decidí que la alegría que actuar me trae supera con creces el estrés fugaz que sentía mi cuerpo. Estoy tan contento de haber seguido adelante...", ha afirmado.
Y ha añadido: "No sólo demostré mi tenacidad mental hacia mí mismo, sino que ahora tengo tantos momentos especiales con todos ustedes que nunca olvidaré. Estaba reacio a hablar de esto porque siempre me educaron para guardarte algo como esto para ti. Pero estoy tratando de ser más transparente sobre mis luchas para que no sean malinterpretadas".
Con un mensaje cargado de empatía y sinceridad, ha cerrado su reflexión expresando su deseo de apoyar a quienes también enfrentan esta dolencia, buscando crear una comunidad de comprensión y solidaridad.
"Compartiendo todo esto con la esperanza de que todos podamos encontrar una manera de estar más conectados. Me gustaría hacer mi parte para ayudar a otros que experimentan esta enfermedad también", ha señalado.
Esta noticia llega después de la reciente gira de Justin Timberlake, que culminó en Estambul, y que recibió críticas negativas por parte de asistentes. Muchos señalaron que los conciertos carecían de energía, con poca conexión con el público y actuaciones que resultaban monótonas. La situación alcanzó un punto crítico durante su presentación en el festival Electric Castle en Rumanía, donde los reclamos de los espectadores se hicieron virales en redes sociales.