Dicen que el dinero no da la felicidad, y para muestra un botón: Christina Onassis, la que fuera una de las mujeres más ricas del mundo, combatió contra los trastornos alimenticios, el pánico a la soledad y el infierno de las adicciones hasta el día de su fallecimiento, el 19 de noviembre de 1988, en el jacuzzi de su casa en el exclusivo country Tortugas. La encontró su amiga del alma, Marina Dodero, la hermana del último amor de la hija de Aristóteles, Jorge Tchomlekdjoglou. Ella misma recoge algunos de los secretos mejor guardados de Christina en Mi vida con Christina Onassis. La verdadera historia jamás contada (Esfera de los Libros), libro que, tras su publicación en 2014, acaba de llegar al mercado español. Sus páginas evidencian la atmósfera de lujo que envolvía a la heredera, ya que su padre era un poderorísimo empresario naval. Mandó diseñar, de hecho, el Christina O., una embarcación única.
El superyate se alquila por 600.000 euros a la semana, precio que no está hecho para todos los bolsillos, aunque solo hay que mirar al pasado para entenderlo: en él actuó la mismísima cantante de ópera Maria Callas; Winston Churchill debatió sobre política; y el príncipe Rainero y Grace Kelly celebraron la recepción de su boda.

La embarcación, construida en 1943, fue originalmente una fragata canadiense antisubmarina de clase River llamada HMCS Stormont que participó en la Segunda Guerra Mundial y estuvo presente en el desembarco del Día D. En 1954, el armador griego Aristóteles Onassis, padre de Christina, lo compró por apenas 30.000 dólares, lo que se traduce en unos 25.640 euros, y lo reformó.
Entonces, se convirtió el gran escenario de la jet set para fiestas y encuentros. Tanto fue así que la relación amorosa de Onassis con Callas también se desarrolló a bordo, pero en 1968 terminó de forma abrupta cuando el magnate cortejó a la viuda del Presidente Kennedy, Jackie, con la que terminó casándose a bordo unos años después, cerca de la isla privada de Onassis, Scorpios. La embarcación ya era un símbolo de estatus entre las clases altas.

Aristóteles Onassis murió en 1975, y el yate fue donado a su hija en su testamento. Aunque es una agencia la que se enarcaba de la gestión del barco, ahora es Athina, hija de Christina, la única heredera de la fortuna familiar.
El barco experimentó una reforma intensiva en el 2001, con tal de adaptarse a los nuevos tiempos, y desde entonces ha pasado por varias modificaciones, siempre en sintonía con la tecnología del siglo XXI. La embarcación ocupa 99 metros de eslora y tiene una tripulación de 35 personas. Puede alojar a huéspedes en 18 camarotes. Destaca también su cubierta, que contiene una piscina mosaico con detalles de minotauros. Tiene una biblioteca bautizada en honor de Winston Churchill y el salón homenajea con su nombre a Maria Callas. Entre sus habitaciones hay sala de deportes, ludoteca para niños, helipuerto, gimnasio, spa, sala de masajes y jacuzzi.
