Fue en otoño del año pasado cuando Isabel Pantoja se mudó a Madrid, a la lujosa urbanización de La Finca, acompañada por su hermano Agustín. Ni menos de un año después y cuando ya se hablaba de otros destinos fuera de España como posible mudanza, Kike Calleja ha sorprendido al desvelar que se va de la capital pero para regresar a Cantora. Una noticia que, además, llega pocas semanas después de conocerse que la tonadillera ha entrado en la lista de morosos de Hacienda.
"Los camiones están empezando a salir de Pozuelo hacia Cantora para que todo esté listo en las próximas semanas", ha señalado dicho periodista. "Isabel Pantoja no tiene intención de irse al extranjero sin antes regularizar su situación con Hacienda", ha añadido sobre las intenciones de la intérprete de Marinero de luces. La incredulidad, no obstante, ha reinado en el plató, especialmente si tenemos en cuenta que la nueva vida de Isabel lejos de España se daba ya casi por hecho, hablándose cada vez más de algunos lugares como México o República Dominicana. "Ya la veo comiéndose el turrón en Cantora", ha comentado también Lequio.
"Como todo en la vida de Isabel Pantoja, todo son contratiempos", ha expresado Sandra Aladro. En el plató, incluso, han señalado que en el caso de volver a la finca en la que tantas penas y alegrías ha vivido, sería "de prestado". Cuando dejó la finca, hay que recordar que se la vendió a un fondo de inversión para otros fines.
El último año de Isabel no ha sido fácil. No solo ha estado marcado por su marcha de Cantora, también por otros asuntos delicados que le han quitado el sueño como el estado de salud de la pequeña Alma y la investigación que se abrió contra Anabel Pantoja y David Rodríguez en los juzgados canarios, la cual todavía no se ha cerrado. Proyectos truncados fuera de nuestras fronteras, como su serie en México, y la mala relación que se alarga con sus hijos tampoco le han hecho sonreír. En este tiempo, Isa Pi también se ha convertido en madre por segunda vez, sin el apoyo y la cercanía de Isabel en este momento tan especial de su vida. Kiko Rivera tampoco la tuvo cerca cuando su hija mayor, Ana, tomó la Primera Comunión a principios de junio. No obstante, hay algo que le hace llevarse una pequeña alegría: pues ha iniciado ya su batalla legal contra el extinto Sálvame tras admitirse su querella por vulneración de su honor y privacidad. Como ya contamos, la artista pide 500.000 euros y cárcel para varios implicados.