Anaís D. G., conocida artísticamente como Letizia Hilton, ha roto su silencio. La ex actriz porno ha decidido contar su versión de los hechos. Admite que mantuvo una relación sentimental con el político durante algo más de mes y medio, y que fue testigo directo de algunas maniobras que hoy se investigan en el marco de la operación Delorme, como el intento de ocultar un disco duro y la filtración de conversaciones confidenciales a El Mundo.

"Conocí a Ábalos cuando estaba con una escort a la que le pagaba 80 euros. Me dijo: '¿Quieres venir a mi casa?' Y allí estuve más de dos meses", afirma Hilton, que asegura que el político la acogió en su domicilio el mismo día que se conocieron: el 26 de abril. Según relata en una entrevista concedida a El Español, vivió con él hasta el 10 de junio, fecha en que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil registró la vivienda en el marco de las investigaciones por corrupción. "Estuve viviendo todos los días, limpiando, por la noche y todo. Conocí a su hijo Víctor. Conocía a todos sus hijos. Así que no me venga con cuentos".

Uno de los episodios más delicados que narra Hilton es el momento en que, según dice, Ábalos le entregó una memoria externa para que la escondiera durante el registro. "Me dijo: 'Toma el pendrive'. Me pillaron y me pidieron los datos. Fue él quien me pidió que lo escondiera. Yo no tengo ninguna culpa", afirma. Según su versión, cuando lo encaró tras el registro, el exministro le restó importancia: "Diré que he sido yo el que te lo ha dado. No te va a pasar nada". La historia que cuenta Hilton está llena de elementos que rozan lo surrealista. Relata cómo debía ir en el coche de Ábalos oculta bajo un edredón para no ser vista, y cómo este le hacía hablar con la música alta para "evitar que un micrófono en el coche captara su voz". "Eso es humillar a una persona", sentencia. "Me sentía como una mierda, como un perro".

También asegura que el exministro nunca le pagó nada a cambio de estar en su casa. "He estado gratis. Tiene mucha cara. Todos los días limpiando, gratis. Y eso que tenía chica de la limpieza, pero el primer día la echó y dijo: 'Me limpias tú'. No estaba ni de alta ni nada. No era empleada, era su pareja", insiste. Rechaza además haber trabajado como escort y subraya que su etapa en el cine X quedó atrás hace más de ocho años. "Nunca me he dedicado a eso", declara.

Uno de los aspectos más explosivos de su testimonio se refiere a la filtración de conversaciones comprometedoras entre Ábalos y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Según Hilton, fue el propio exministro quien facilitó la difusión de los audios publicados por El Mundo semanas antes del registro en su casa. "Las filtró él. Me lo dijo a mí. Estaba yo en su casa cuando vinieron de Madrid los periodistas del periódico. Días después lo publicaron. Fue él. Lo sé porque lo vi con mis propios ojos".

Pese a todo lo vivido, Hilton admite que durante la relación se sintió bien tratada por Ábalos, al menos en el plano afectivo. "Creo que tuvimos una relación sana. Me trató bien. No tengo quejas en ese sentido. Lo que me ha dolido es esto que ha hecho", afirma, refiriéndose a la memoria que le pidió esconder. No obstante, su balance emocional es devastador: "Me siento una víctima. Ha jugado conmigo. Me siento como un trapo sucio, como un objeto. Esto no se le hace a nadie". La entrevista con el digital de Pedro J. Ramírez deja en el aire interrogantes sobre el papel de Ábalos en la presunta red corrupta, su relación con otros investigados como Koldo García y su actual situación judicial. Hilton, por su parte, teme que la implicación en el caso tenga consecuencias para ella. "Estoy acojonada de que me pase algo por culpa de él", confiesa.

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