Ya lo decía Pedro Ruiz: los tanatorios y funerales son las nuevas alfombras rojas. Por eso, el humorista había decidido no acudir a esos lugares en los que los asistentes desfilan ante una multitud de cámaras y micrófonos, como si fueran al estreno de un espectáculo.
Este lunes, en el funeral de Francisco de Borbón y Escasany, duque de Sevilla, celebrado a última hora de la tarde en la iglesia catedral castrense, su hija Olivia de Borbón y su yerno, Julián Porras-Figueroa, acompañados de sus dos hijos, Flavia y Fernando, recibieron las condolencias de familiares y amigos del aristócrata. Horas antes, en la mañana, se celebró también el funeral de su hermano Alfonso, que murió tan solo diez días antes que Francisco.

Desde Pilar Medina Sidonia hasta Juan Abelló, Alejandra de Borbón y su madre, muchos rostros conocidos se dieron cita para despedir a Francisco. Muchos de ellos estuvieron también en el de Alfonso. No faltaron Nuria González —viuda de Fernando Fernández Tapias—, Fiona Ferrer, Cari y Miriam Lapique, María Zurita, Iván Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio, Beatrice d'Orléans, y José Manuel Díaz-Patón, último novio conocido de Ágatha Ruiz de la Prada.





Lomana fue incluso madrina de bautismo de un hijo de Olivia y Julián Porras
Todos ellos se acercaron, al finalizar la misa funeral, a dar un abrazo a Olivia y a su marido. Con una excepción: Carmen Lomana. Según personas cercanas a la familia de Olivia y Julián, la socialité ha sido apartada desde hace más de un año del círculo familiar. Aunque en su momento mantenía una relación cordial con ellos —fue incluso madrina de bautismo de su hijo—, la amistad se rompió, al parecer, por algunos comentarios desafortunados de Lomana sobre el matrimonio. Sin embargo, la influencer no renunció a dejarse ver en el funeral "para hacerse la foto a la salida, como si hubiera sido una amiga más entre tanta gente importante", nos comentaban estas fuentes, revelando que ya no mantienen ningún trato.

Dicen que el distanciamiento comenzó mucho antes, cuando Lomana se presentó, supuestamente sin estar invitada, a la cena de cumpleaños de Olivia de Borbón en el palacio de Liria. Fue una celebración muy privada, para una docena de amigos íntimos, entre los que ella no se encontraba. Tampoco se saludaron Lomana y Díaz-Patón, quienes mantuvieron durante meses duras críticas mutuas. La diseñadora y su entonces novio llegaron a calificar a Lomana de "momia", y ella llamó al abogado "patán". A la salida del funeral, Díaz-Patón, eludiendo cualquier polémica, aseguró a los periodistas que no había tenido ocasión de saludar a la influencer porque tenía prisa para coger un tren.
