El fallo que condena a la ex presidenta y ex primera dama argentina marca un hito en la historia política y judicial del país, al confirmar que una ex mandataria, Jefa de Estado de la nación, puede ser juzgada, condenada y encarcelada por actos cometidos durante su mandato. En un país donde la corrupción ha sido históricamente una deuda pendiente, el caso de Cristina Fernández de Kirchner podría sentar un precedente que transforme la relación entre el poder y la justicia en Argentina.
La Corte Suprema de Justicia de Argentina ha confirmado este martes la condena contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en el marco de la causa conocida como "Vialidad", lo que allana el camino para su inminente detención. El máximo tribunal rechazó los recursos presentados por su defensa, dejando firme la sentencia dictada en diciembre de 2022 por el Tribunal Oral Federal N.º 2, que la declaró culpable del delito de administración fraudulenta en perjuicio del Estado.

El fallo implica una condena a seis años de prisión efectiva y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, lo que deja fuera de juego a una de las figuras más influyentes de la política argentina contemporánea. Cristina Fernández, que ejerció la presidencia entre 2007 y 2015 y luego la vicepresidencia entre 2019 y 2023, tenía previsto presentarse como candidata a diputada por la provincia de Buenos Aires en las elecciones legislativas del próximo 7 de septiembre. Ese plan ha quedado ahora truncado.
La causa "Vialidad" investigó la adjudicación presuntamente irregular de obras públicas en la provincia de Santa Cruz, base histórica del kirchnerismo, a favor del empresario Lázaro Báez, un estrecho colaborador de los Kirchner. El tribunal consideró probado que Cristina Fernández participó en un esquema de corrupción sistemática durante sus dos mandatos presidenciales, favoreciendo de manera fraudulenta a Báez en licitaciones millonarias, lo que representó un grave perjuicio para el erario público.
Una vida marcada por el poder y la polémica
Cristina Fernández de Kirchner, de 72 años, ha sido una figura central del escenario político argentino durante las últimas dos décadas. Abogada de profesión, comenzó su carrera política en la provincia de Santa Cruz junto a su esposo, el fallecido expresidente Néstor Kirchner, con quien tuvo dos hijos, Máximo y Florencia. Tras la muerte de su esposo en 2010, Cristina consolidó su liderazgo en el peronismo y mantuvo una base de apoyo popular sólida, aunque polarizada.

Su vida personal ha estado siempre bajo el foco público. Durante años, los medios argentinos han especulado sobre la estrecha relación entre la expresidenta y algunos de sus asesores más cercanos, pero Cristina ha sido celosa de su intimidad. Desde el fallecimiento de Néstor Kirchner, no ha confirmado oficialmente ninguna nueva pareja, aunque algunos periodistas de investigación han insinuado vínculos sentimentales con figuras del entorno kirchnerista.
A pesar de las múltiples causas judiciales que ha enfrentado, Cristina Fernández ha mantenido un discurso de victimización política, atribuyendo las denuncias en su contra a una supuesta persecución judicial y mediática orquestada por sectores del poder económico y los medios de comunicación opositores.

Una fortuna bajo escrutinio
La fortuna de la exmandataria ha sido objeto de intenso debate y análisis judicial. Declaraciones patrimoniales, informes de la Oficina Anticorrupción y diversas investigaciones periodísticas han revelado un crecimiento significativo de su patrimonio desde que ella y su esposo ingresaron a la política nacional.
Buena parte de sus bienes están ligados al negocio inmobiliario, especialmente en Santa Cruz, donde poseía hoteles y propiedades valuadas en millones de dólares. Algunos de estos activos fueron parte de causas judiciales que investigaron presunto lavado de dinero y enriquecimiento ilícito. Si bien Cristina Fernández ha sido sobreseída en algunos expedientes, otros continúan abiertos, y los fiscales han cuestionado la procedencia y legalidad de ciertos movimientos financieros.
En paralelo, su hija Florencia Kirchner también fue investigada por movimientos bancarios y propiedades a su nombre, aunque ha mantenido un perfil más bajo desde que se trasladó a Cuba por problemas de salud.
Detención inminente
Con la sentencia firme, el tribunal de ejecución deberá ahora dictar la orden de detención formal. Según fuentes judiciales, el procedimiento podría concretarse en los próximos días, salvo que la defensa solicite una medida excepcional —como el cumplimiento de la pena en arresto domiciliario por razones de edad o salud— que deberá ser evaluada por los jueces.
La noticia ha causado un fuerte impacto en la opinión pública argentina y en el tablero político. Desde el oficialismo, algunos dirigentes históricos del peronismo han expresado su respaldo a la exmandataria, mientras que otros optan por el silencio. Por su parte, el actual presidente Javier Milei, que se encuentra en Madrid en una visita oficial, evitó hacer comentarios directos, aunque su entorno calificó la sentencia como "un paso decisivo hacia el fin de la impunidad".
Cristina Fernández, por ahora, guarda silencio. No ha emitido ningún comunicado ni ha hecho declaraciones públicas desde que se conoció el fallo. Sin embargo, allegados aseguran que está "preparada para enfrentar lo que venga" y que "no tiene intenciones de exiliarse ni buscar asilo político".