Lo de Carlos Alcaraz y el italiano Jannik Sinner fue una histórica final que ya se considera una de las mejores de todos los tiempos. Contó con una estoica remontada del murciano cuando todo parecía perdido. Fueron un total de cinco horas y veintinueve minutos de partido (récord) que, además, hicieron vibrar especialmente a El Palmar, la pedanía pegada a Murcia capital donde nació el campeón, que se convirtió en el vencedor de este torneo por segunda vez (segundo año consecutivo).
Desde allí han hablado sus abuelos paternos, Carlos Alcaraz González y Paquita. En plena resaca de emociones, el abuelo del deportista ha dicho: "No he podido hablar con él, con el padre sí, pero con el hijo no". En cambio, sí habló con su nieto antes de que partiera a París para el gran torneo de tierra batida. Y en el programa de Sonsoles Ónega ha desvelado este lunes el consejo que le dio: "Sabe que hay que tener cabeza, corazón y cojones".
Y ha celebrado, recordando que el padre del joven también soñaba con ser tenista: "Los genes son buenos. Su padre también era muy bueno pero yo no podía darle lo que necesitaba en esos tiempos".
La abuela de Alcaraz también ha comentado desde su casa: "Es una alegría muy grande. Ayer fue un partido precioso, desde aquí, desde casa, le mandaba fuerza". Ha dicho que "todo el tiempo" estuvo muy nerviosa: "No podía verlo. Fue un partido muy largo". Aun así, no se perdió ni un solo detalle. Y Paquita ha resumido así la hazaña: "Ese partido fue de locura. El chuiquillo jugó muy bien".
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