Gente

El matrimonio de ejecutivos de Siemens y sus tres hijos celebraban el cumpleaños de la madre

En la gran urbe que nunca duerme, el cielo de Manhattan se volvió repentinamente oscuro el pasado jueves. Y no por una tormenta, sino por la tragedia que se llevó a una familia entera: los Escobar-Camprubí. Un matrimonio de altos ejecutivos de Siemens y sus tres hijos que habían volado hasta Nueva York para celebrar un doble cumpleaños: los cuarenta de la madre, Mercè Camprubí Montal, y los nueve de la hija mediana, también llamada Mercè.

Era un viaje que prometía ser inolvidable, y así lo fue, aunque no como ellos ni nadie hubiera querido. Subieron a un helicóptero turístico para ver la Gran Manzana desde el cielo. Una experiencia que millones de personas sueñan vivir al menos una vez. En una fotografía tomada momentos antes del despegue —difundida por la empresa que organizó el tour— se ve a la familia sonriendo. Los cinco, juntos, ilusionados, como si el futuro les perteneciera. No sabían que en ese mismo instante el destino ya estaba escribiendo su punto final.

Agustín Escobar, nacido en Puertollano en 1975, era un hombre hecho a sí mismo. Ingeniero industrial por la Universidad Pontificia Comillas, con dos másteres en Administración y Dirección de Empresas, había dedicado 27 años de su vida a Siemens. Desde sus primeros pasos en ventas y automatización energética en España, hasta llegar a ser el director ejecutivo global de Rail Infrastructure en Siemens Mobility. Un título largo, sí, pero ganado a pulso. Desde octubre de 2024 vivía en Berlín con su familia, entregado a un trabajo que, como su vida, no conocía fronteras. Su esposa, Mercè, no se quedaba atrás. Gerente global de comercialización en el sector energético de la misma compañía, combinaba una brillante carrera profesional con el cuidado de sus tres hijos: Agustín, de 10 años; Mercè, de 9; y Víctor, de solo 4. Una familia cosmopolita, políglota, de sonrisas amplias y agendas apretadas. Vivían entre aeropuertos, reuniones y meriendas improvisadas. Pero, sobre todo, vivían juntos.

El hermano de la fallecida, Joan Camprubí Montal, el año pasado se postuló para presidir el Barça bajo la plataforma Som un clam, enfrentándose a Joan Laporta

Mercè llevaba en la sangre el amor por el Barça y la historia de Cataluña. Era nieta de Agustí Montal, expresidente del FC Barcelona durante la transición democrática, aquel que devolvió los símbolos al club y al pueblo. Su hermano, Joan Camprubí Montal, heredó el mismo espíritu. El año pasado se postuló para presidir el club azulgrana bajo la plataforma Som un clam, enfrentándose a Joan Laporta. En su mensaje tras la tragedia, escribió en X: "No hay palabras para describir lo que estamos viviendo, ni para agradecer el cariño recibido".

Y así, de golpe y sin previo aviso, se apagan cinco vidas. El helicóptero cayó en un lugar que no estaba en los mapas ni en los planes. Y con ellos, se cayó un pedazo del futuro. De la empresa, del Barça, de su familia, de todos nosotros. Porque cuando una familia así desaparece, no es solo una tragedia privada. Es un silencio colectivo. En Nueva York, el cielo sigue lleno de luces. Pero desde este jueves, hay una estrella menos brillando para ellos.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBeloudBluesky